Las recientes movilizaciones nos demuestran el alcance que el descontento social está teniendo. Un país que se jacta de un falso crecimiento, donde claramente a los más humildes y clase media poco y nada les toca. Una sociedad no se puede levantar y crecer en base al asistencialismo y el clientelismo, ambos son males que solo buscan perpetuar a quien ostenta el poder en base a generar miedo que si existen cambios mucho de lo avanzado se puede perder, hecho absolutamente falso y carente de toda veracidad y lógica.

La ciudadanía debe entender que para lograr triunfos, siempre debemos hacerlo con sacrificios; así demostrado está que para ganar, algo debemos perder, no todo es éxito y buenos resultados, lo importante es avanzar y jamás retroceder; por eso espero que lo logrado hasta ahora que fundamentalmente ha sido visibilizar los graves problemas que tenemos como provincia no solo se quede en eso, sino que el Gobierno entienda que las regiones también existen y que Chile no es solo Santiago. El centralismo nos ahoga, las demandas sociales irán en aumento porque el pueblo se aburrió de escuchar promesas que a nada bueno nos conducen y que solo generar falsas ilusiones. Chiloé está cambiando; debemos ser parte de ese cambio, repensando desde nuestro territorio lo que queremos y no dejándonos amedrentar que si alzamos la voz nada nos va a tocar, muy por el contrario: si todos unidos luchamos por objetivos comunes no habrá meta y propósito que sea inalcanzable. Hoy es nuestro mar, mañana será la cesantía, lo que está claro que nuestro medio ambiente ya empezó a manifestarse. Ahora corresponde a nosotros defender lo que tenemos y no aceptar de buenas a primeras que quienes hoy irresponsablemente nos han dañado sigan su vida normal sin recibir el castigo que corresponde. Para ello debemos pasar del dicho al hecho sin miedo.