Ricardo Mundaca Izquierdo
Una preocupante situación vive Quellón tras más de dos semanas de paro de los trabajadores de la pesca artesanal, mitilicultura y comunidades indígenas, lo que generó el bloqueo de la principal ruta caminera que conecta la ciudad con el resto del país. Esta situación ha redundado en la falta de aprovisionamiento a los negocios de la comuna que paulatinamente languidecen.
Tras 16 días de corte en la Panamericana a la altura del kilómetro 2, ya comienzan a observarse algunos establecimientos con las puertas cerradas en la avenida principal: Juan Ladrillero. Otros que se mantienen abiertos con mermas visibles en sus inventarios y anaqueles.
Los supermercados más grandes continúan funcionando pero con algunas líneas de productos agotados o con existencias más cercanas a cero. Dentro de lo primero se encuentran los alimentos perecibles, como lácteos, pollos y cecinas. Algunos están en franco declive de oferta como diversos tipos de carnes. El rubro abarrotes aún presenta niveles de stock aceptable tanto en los recintos mayores como en los comercios menores. Legumbres se aprecian en casi la totalidad de los locales.
En el caso de las verduras y frutas ha sido inestable el suministro. Ayer llegó a Quellón un camión con recursos del agro a la distribuidora Calfin. Inmediatamente se llenó el local de compradores que aprovecharon de surtirse de alimentos frescos que venían faltando hace unos días. La fila para pesar y cancelar tales vegetales era inusualmente larga.
En forma puntual, el caso del supermercado Isla Grande aún no es crítico, a pesar de tener cerradas las góndolas de lácteos y cecinas. Su provisión de alimentos no perecibles se mantiene para unos días, tal como lo afirmó el administrador del local, Enrich Carrasco, quien comentó que "a los lácteos, pollos que ya escaseaban desde la semana pasada, ahora se han agregado los huevos y la harina".
En relación a productos como detergentes, el trabajador aseguró que también estaban comenzando a agregarse a la lista de los críticos.
A la salida del supermercado, un cliente, Mauricio Pérez, compartió que "estaba difícil encontrar todo lo que se necesita, pero aún quedan cosas en las góndolas. Ojalá pase pronto esta situación y que se vuelva a la normalidad".
Comerciantes
En establecimientos más pequeños, como la carnicería Quellón, muestran ya merma importante de productos. Su propietario, José Teiguel, confesó que a pesar que tiene animales de reserva "la situación está mal, no pueden faenarlos en el matadero local por acumulación de desperdicios en el lugar". En sus aparadores quedaba ayer poco surtido.
A su vez, María Guentén, propietaria del minimercado JR, catalogó que hace más de dos semanas que no tiene reposición de mercadería. "Esta situación nos complica mucho, ojalá pase pronto, sino no sé qué va a pasar con nosotros".
16 días llevan algunos recintos sin reponer su mercadería en la ciudad portuaria.