Durante los próximos días firmaré un compromiso con los habitantes de Castro que al ser electo alcalde lo haré solo por dos períodos. Con ello estaremos sellando un pacto ciudadano con la necesaria alternancia y poner fin al apernamiento en un cargo que por un vacío legal hace que sus autoridades prácticamente se perpetúen en el poder, lo que claramente le hace daño a la democracia y a la necesaria renovación de liderazgos que exige la ciudadanía.

En los tiempos actuales en que los electores exigen tener un mayor protagonismo y participación debemos predicar con el ejemplo, defender ideas que nazcan del ciudadano común, donde sus autoridades sean capaces de interpretar los sueños que todos tienen pero que lamentablemente no ocurre.

Soñar la comuna entre todos independiente de su origen, religión o partido político debe ser el norte que en la futura gestión pretendemos defender, serán los ciudadanos los que decidirán por medio de consultas las prioridades en su barrio y más tarde los profesionales y equipos municipales a cargo de dichas áreas los que plasmarán las ideas en proyectos, obviamente como lo señala la ley con el acuerdo de cada uno de los concejales; no tengo dudas que estos últimos refrendarán la voluntad popular, así los sueños de los vecinos año tras año se irán transformando en realidad y la comunidad plasmará que trabajando entre todos igual se logrará un desarrollo que permita desde nuestro interior "repensar" el Castro que queremos.

Nuestra democracia pide alternancia, nuevas ideas y nuevo estilo de gobernar. No todo lo que se ha hecho es malo, sabemos reconocer que hemos avanzado, pero eso no significa que más de lo mismo sea la única vía para liderar los sueños que miles de castreños tienen y que aún no se interpretan. Vamos por más, con respeto, humildad y sin desacreditar a nadie. Solo estamos demostrando que un nuevo estilo es posible para nuestra comuna.