La mágica aventura de viajeros foráneos por tierras chilotas
Antonio Rodríguez y Bel de Oliveira unieron sus vidas para sumarse a la tarea de conocer el sur de América y llegar a Chiloé para empaparse de sus tradiciones y cultura.
Muchas personas quisieran darle un giro a su vidas, salir de la rutina y poder sentir lo que es la verdadera libertad. Dar este paso no es fácil, significa dejar muchas cosas atrás y romper con ligaduras.
El mexicano Antonio Rodríguez destruyó esas trabas y se echó a la aventura para recorrer el mundo. El primer desafío lo llevó a recorrer más de 50 países, travesía sobre una moto scooter que partió el 2004 y que en 2008 lo trajo a Chiloé en un viaje por América. Dicha travesía sobre las dos ruedas quedó registrada en el libro de récord Guiness, una de sus mayores satisfacciones.
Hoy, con una nueva vida en pareja, inició en diciembre pasado un proyecto en compañía de su esposa brasileña, Bel de Oliveira, que los trajo nuevamente a nuestro país. Esta vez el viaje partió en la capital peruana, Lima, para atravesar el norte de nuestro país en un cómodo todoterreno y una casa rodante, que les ha permitido conocer de más cerca a las personas en lo que ellos han llamado la "Mágica Aventura".
Invitación
Los viajeros llegaron a la provincia por invitación de los integrantes de la agrupación de motoqueros Los Piratas de la Isla Grande, agrupación con la que mantiene vínculos desde su paso en el 2008 por el Archipiélago.
Este arquitecto de profesión quiso volver a lo que el llama nuestro "estado natural", ya que según la humanidad era nómada y surgida de la tierra y como tal debe volver a sus postulados originales.
Esta vez el viaje se extiende por las naciones sudamericanas, donde Chiloé tiene una parte importante por su significado cultural y por lo que es el isleño y sus tradiciones.
"El vínculo con Chile nace cuando en Panamá ayudé a cruzar a Colombia a los integrantes del programa motoviajeros de Canal 13 en una ruta en que no hay camino y de allí surge la idea de crear la Asociación Latinoamericana de Motociclistas, esto me llevó a mantener contacto con muchos motoqueros entre ellos chilenos", recalcó el azteca.
Solidaridad
Este organismo permite extender la solidaridad entre los motoqueros y ayudarles. "Yo llamó a los motoqueros de un lugar y les pido que ayuden a quien va en viaje sobre sus dos ruedas", enfatizó Rodríguez.
Ese misma situación lo trajo a la zona nuevamente. Esos lazos que estableció en 2008 en su viaje sobre la scooter le permitió volver a contactar al "Lorito" Claudio Yáñez, de Los Piratas de la Isla Grande, quien los cobijó junto a su esposa y esta vez lo convidó a compartir la magia de Chiloé y sus costumbres, disfrutar especialmente de su gastronomía y paisajes.
"Chiloé y su gente es muy cálida. Desde que llegué fui muy bien recibido, quizás porque ya me ubicaban, por la hermandad de motociclismo que es muy bonita en la zona. La amabilidad es algo que nos conmovió, preguntas por una dirección y te la dan, te llevan te traen y eso es bueno", aseveró el viajero.
Magia
Rodríguez pudo conocer la verdadera magia de Chiloé, esa de la que tanto se le habló y lo pudo comprobar en su participación tras su visita a la minga de tiradura de casa en el sector de Liucura en Puqueldón.
Esta tradicional faena comunitaria fue uno de los encantos que a juicio de este mexicano no es comparable a ninguna otra dentro de su largo periplo por el mundo.
"Nunca había echo este trayecto a Lemuy. Fue una experiencia muy agradable. Volver a trasladarse en un ferry y disfrutar de los paisajes fue maravilloso. Esa tradición de llevar una casa y obsequiársela a otra persona que tiene una necesidad y de eso se hace un festejo en pocos países se ve esto. A lo que sumamos el apego a la familia que es algo incomparable. Y su comida es muy buena", aclaró el turista.
Su mujer Bel, no se quedó atrás en los halagos y espera que tras su paso por la Isla Grande, pueda retornar en un tiempo más para volver a compartir con los amigos que dejaron.
"Desde que entré a Chile me sorprendió, todo es muy limpio y organizado. Su gente es muy amable y buena. Lamento no haber disfrutado de las carnes porque soy vegetariana, pero degusté de una ricas ensaladas en Chiloé especialmente", acotó.
Claudio Yáñez, de Los Piratas de la Isla Grande, dijo que la visita de estos dos extranjeros es parte de la hospitalidad de los isleños y de la agrupación a la que pertenece.
"De todos los que un día he recibido, Antonio y su esposa es el único que ha retornado. Ahora no lo veo a él como un amigo sino como parte de la familia, que es como lo vemos acá en Chilóe", mencionó quien también es conocido como el "Lorito" en el mundo de las motos.
Ahora Antonio y Bel pasarán la cordillera hacia Argentina, luego Brasil, para luego enfilar hacia Colombia y terminar, tras un año y medio de viaje, de vuelta en Brasil donde se radicarán y esperarán para ayudar a otros viajeros.
"Fue una experiencia maravillosa estar en Chiloé".
Anotonio Rodríguez,, viajero por Sudamérica.