Un amor que va más allá del uniforme policial
Jorge Álvarez y su perro Fritz se retiraron de Carabineros para seguir unidos. Sirvieron por 3 años en Castro.
No se podían separar. Por más formalismo institucional y cadena de grado, el sentimiento entre esta pareja es superior. Un binomio que parece ser uno, por lo menos en el lustro que alcanzaron a compartir en servicio. Un guía y su perro, un carabinero y su compañero, una persona y su mascota. En definitiva, Jorge y su amigo Fritz.
La relación y empatía lograda entre esta dupla pocas veces se ha visto repetida en la provincia, más al tratarse de un uniformado y su can "policial". Incluso, ante el temor del distanciamiento no existieron dudas en dejar toda una carrera de lado para emprender juntos. Su futuro lo ven unidos.
Así transcurre la historia entre el cabo primero Jorge Álvarez y Fritz von Jaus Bet, el pastor belga malinois que lo ha acompañado desde el 2010, cuando ingresó a la Escuela de Adiestramiento Canino de Carabineros de Chile. Aunque no fue una sintonía a la primera, con el paso del tiempo y la experiencia lograda, se transformaron en inseparables.
"Ingresé a la institución el 2003, siendo destinado a Ancud, donde estuve por cuatro años, para luego ir a Quemchi. El 2010 decidí integrarme al curso de instructor guía de perros, donde me asignaron a Fritz", relató el joven de 32 años domiciliado en el sector de Coquiao, en la comuna del Pudeto.
La compatibilidad entre alumno y animal se toma en cuenta para determinar las parejas que continuarán su servicio. Y al inicio, esta dupla no congenió, especialmente por el entrenamiento al que había sido sometido el can, el cual no era el mismo que desarrollaba Álvarez.
Carácter
Pese a mostrar cierta tranquilidad de aspecto y no tener un gran tamaño, el carácter de Fritz se hacía sentir. Además, tenía más de dos años al momento de comenzar con las prácticas, una edad avanzada al promedio de los otros perros.
Otro punto en contra era el adiestramiento anterior al que fue sometido el animal. Como recordó el isleño, su preparación estaba centrada en la búsqueda de personas perdidas. Y para ser más puntual, todo el conocimiento que logró estuvo enfocado para ir a rastrear cadáveres en Haití, después del terremoto que afectó este país caribeño en enero del 2010.
"Estaba todo listo para que viajara pero su guía de entonces sufrió un accidente y estuvo con licencia por seis meses, ante lo cual el perro no pudo ir a su misión para la cual estuvo preparándose de manera tan fuerte", acotó el joven, sumando que "en ese momento entré yo al juego y se le cambió el entrenamiento para orden y seguridad".
Bajo este contexto, los primeros acercamientos entre esta nueva dupla no fueron tan fluidos. Incluso, quien en ese instante era un novel carabinero estuvo a punto de tirar la esponja. Sin embargo, un click interno lo retuvo, trabajó con más esfuerzo y lentamente la sincronía entre guía y animal se potenció. Y con esto, la relación entre ambos se reforzó en todo aspecto.
El 2012 llegaron ambos hasta la capital chilota para constituirse en el único binomio en la provincia, consiguiendo rápidamente la aceptación de la comunidad.
"Diariamente recorríamos las calles, todo el día en la línea bancaria, cuando se abrió el mall realizábamos el control en los sectores aledaños. Íbamos a los colegios a realizar charlas, educamos a la población sobre querer a un perrito. Pudimos manejar bien el fiato con los niños", aseveró la fuente.
El trabajo policial se combinaba con la labor educativa lo que afianzaba el arraigo por estas tierras. Eso sí, al momento de los procedimientos Fritz no titubeaba.
Operativos
Dos dispositivos marcan fielmente la capacidad de este pastor malinois. En junio del 2012 no dudó en salir al paso de los barristas de la "U" y Colo Colo que causaban serios desórdenes en la Plaza de Armas de Castro. Pese a la lluvia de proyectiles, el can enfrentó a los hinchas y logró que se retomara el control junto a los otros uniformados que salieron al paso de los vándalos.
Otro de los operativos también se registró en pleno centro de la ciudad, en los instantes que este binomio policial salió a calmar los ánimos de una pelea de mujeres.
"La riña de tres mujeres se originó por un cobro de un parquímetro, una mujer tomó del pelo a otra y la azotó contra un auto. Le dije que depusiera su actitud, desobedeciendo y profiriendo insultos, ante lo cual le dije que haría uso del perro. Al no tener respuesta di la orden y Fritz actuó. Mordió a las mujeres y pudimos controlar la situación, todo ello cuando nos querían pegar. El perro sacó aplausos por el procedimiento y detuvimos a las tres personas", detalló Álvarez.
A estas acciones, se sumaron diariamente diferentes despliegues que demostraron la capacidad operativa del can y su guía. Varios delincuentes fueron reducidos, por lo que la imagen de este binomio se hizo conocida en la comuna, más al combinar la pega dura con la labor social y educativa.
Todo parecía transcurrir de la mejor forma en la carrera de ambos, pero el tiempo dijo lo contrario. Pese ser el único adiestrador de la provincia, Jorge Álvarez fue notificado de su traslado a la comuna de Curicó, en la Región de El Maule, lo que marcaría la separación con su can.
Baja
En noviembre del año pasado se solicitó la baja de Fritz por un tema de salud y por ya empinarse sobre los ocho años de edad. El uniformado intentó de todas las formas quedarse en la provincia prestando servicio con su perro, pero no se le autorizó. De esta forma, tomó una drástica decisión. Se presentó a trabajar a la "ciudad de las tortas", pero interpuso su renuncia a la institución tras más de 12 años de labor.
"Me voy con sentimientos encontrados, me voy triste de no haber logrado llegar a grados superiores, me quedaba poco para ser sargento segundo y llegar a los 20 años que es meta de todo carabinero. Pero igualmente me siento feliz porque voy a recuperar a mi familia y dedicarme exclusivamente a lo que me gusta que son los perros", relató.
El joven no dudó en señalar que lo más valorable en todos estos duros meses que le ha tocado pasar junto a su esposa y pequeña hija, "es el hecho que me voy con mi perro". Es más, esboza una frase que demuestra su temple y visión, que puede parecer muy diferente a otros que han vestido el uniforme verde: "Carabineros no es lo único que se puede llegar a hacer". Y su experiencia es un claro ejemplo de ello.
Aprovechando sus conocimientos en adiestramiento canino este joven emprendió primero con clases particulares, para luego dar un giro y levantar en su domicilio un hotel para perros. "Guau Fritz" se llama su negocio emplazado frente a su domicilio en la localidad de Coquiao, el cual lo tiene completamente enfocado.
"Vi que existía la necesidad de un hotel canino con más comodidades, con campo abierto, que no tenga salas pequeñas. Quisimos darle una dignidad al perro y que se sienta libre. Lo llamé así en honor a mi perro, el cual está feliz con toda la compañía que tiene", aseguró el hoy emprendedor.
Con 2 mil 600 metros cuadrados, las mascotas que pueden llegar a ocupar los 9 dormitorios existentes están de maravilla. Disfrutan de la sombra, de una fuente de agua, de juegos instalados en el lugar. Este es ahora el nuevo paraíso de Jorge y Fritz, dos inseparables que tomaron nuevos rumbos, muy distintos a las fuerzas de orden, pero siempre con un denominador común: la unidad.
"Carabineros no es lo único que se puede hacer. Hay que seguir adelante".
Jorge Álvarez,, ex cabo primero y hoy emprendedor
12 años de servicio alcanzó a cumplir Jorge Álvarez antes de retirarse en Curicó.