La larga lucha de isleños para tener la casa propia
Para muchos ciudadanos de este país el sueño de la casa propia es una quimera. Algunos compatriotas deben esperar años para lograr cumplir con la muy humana, y entendible, aspiración de contar con una vivienda. En Quellón algunos vecinos han debido aguardar mucho tiempo, demasiado tal vez, para concretar este anhelo. Cuando tener un lugar digno donde habitar es una realidad alejada del alcance de la mano no basta con soñar para conseguirlo, hay que luchar para concretarlo.
Esta es la historia, de dos comités de vivienda formados en el sur de la Isla hace casi dos décadas. Hoy, por fin, están cada vez más cerca de cumplir su sueño. La fecha marcada para hacerlo realidad es diciembre de 2016, cuando se entregue la población, aún sin nombre, que se construye a la entrada norte de la ciudad.
Quisimos conocer de boca de dos protagonistas de esta lucha, Yacolda Cárdenas y Viviana Vera, presidentas de los comités de vivienda Amor y Esperanza y Nuestra Fe, respectivamente, la historia detrás de esta población que se levanta para sus agrupaciones. Aclaran que hay otros tres comités que serán beneficiados con la obra también: Ribera Norte 1 y 2 y otro de Yaldad.
Yacolda cuenta que "venimos luchando con un grupo grande hace 18 años. En el comité éramos 150 socios y ahora quedamos 33. Muchos se cabrearon o se fueron porque quedaron cesantes, incluso algunos socios antiguos fallecieron esperando su techo. Había personas que necesitaban su vivienda, adultos mayores, por los cuales siempre luchamos. Imagínese dos personas mayores con problemas de salud y pagando arriendo".
Para Viviana no es tan distinto. Ella lleva 14 años en su agrupación que se inició con 120 personas. "De ahí se fueron bajando. Hubo un año que nos dijeron 'hay terrenos, vayan a postular', pero nunca fue porque en Quellón hay muchos terrenos que no tienen factibilidad de agua", acotó.
En el Nuestra Fe se mantienen 68 familias. Reconoce como un error haberse organizado y nunca aparecieron los terrenos con dicha factibilidad. Agrega que siempre les daban esperanzas: "Todos los años nos decían van a postular y nunca pasó nada".
Contrariamente a lo que sucedía con los comités, la incredulidad fue la única que consiguió un terreno en el corazón de esta gente. Tan profundo caló la sensación de desamparo entre ellos, al punto que ambas mujeres reconocen que aún les cuesta creer que sus sueños se construyen a la entrada de Quellón y que tienen uno y dos pisos.
Yacolda Cárdenas revela una de las varias historias, que hoy le causa risa, pero que en su momento fue una frustración. "En el lugar donde está actualmente el Centro de Rehabilitación era un terreno para nosotros. Nos llevaron a poner la primera piedra, hasta con champaña. Eso fue hace como diez años", evoca. La dirigenta profundiza sus dichos: "De esos años nos decían en las reuniones que estaba todo listo, que no nos preocupáramos, 'van a empezar en tal fecha'. Nunca fue".
Reclama que cuando se efectuaron nuevamente las inscripciones y las fichas fueron al Serviu de Castro y se encontraron con la sorpresa que nunca entraron al sistema. "Nunca estuvimos ingresados", recalca Yacolda, acotando que "tampoco en la Oficina de Vivienda acá. Nos perdieron los archivos de todos los socios".
Fueron varias experiencias como la descrita que hicieron dudar, hasta el presente, a esta quellonina, hasta el punto de recelar de esta última vez. "Cuando me entregaron este subsidio lo recibí como cualquier cosa. Me preguntaron '¿y no te emocionas?' y yo les dije '¿para qué?'. Para mí es un cartón".
Continúa: "Yo había tenido tres subsidios con mi gente. La emoción es por la primera vez, y que se haga efectivo, pero cuando tienes uno, después te dicen que hay que entregarlo… Nos citaron al gimnasio y tuvimos que devolver nuestros subsidios. Esta es nuestra cuarta vez".
"Cuesta creer"
Viviana Vera comparte que un día se le comunicó a su comité sobre el proyecto en marcha que "'ahora sí, esto es verdad y van a postular en el terreno que les habían dicho'". Asegura la mujer que 'igual nos cuesta creerlo. Hasta que tengamos la llave en la mano, podamos abrir la puerta y entrar con nuestras cosas a nuestra casa, no nos convencemos". Recalca que para su grupo no fue tan traumático como el de su similar, ya que los integrantes solo debieron postular y llenar fichas. No alcanzaron a recibir subsidios para tener que devolverlos posteriormente.
Las dirigentas expresan que los comités de vivienda se organizan con 10 socios, con gente que quiera postular y trabajar en la consecución de la casa propia. Luego se va a la municipalidad para iniciar el proceso. Estas agrupaciones deben reunir un puntaje, aportado entre todos para poder postular. Requisito fundamental, cuentan ambas, es la apertura de una libreta de ahorra para la vivienda a fin de juntar el dinero.
Desde mediados de agosto del 2015, cuando se entregó el sitio donde se emplazan las viviendas y se colocó la primera piedra de la población, comenzaron las obras que terminarán a fines de este año. En el predio se observa gran actividad de trabajadores de la empresa Constructora Bedecarratz, a cargo de la construcción de las 123 casas que darán vida a uno de los conjuntos habitacionales más esperados de la comuna.
El terreno está entre la Ruta 5 Sur, en las inmediaciones del cruce del camino a San Antonio, y el mar. Un lugar privilegiado en accesibilidad y una vista envidiable.
tipos
El complejo consta de dos tipos de viviendas. La mayoría, 119, es de dos pisos distribuidos en 44,57 metros cuadrados. En la planta baja las estructuras tienen living-comedor, cocina y baño. En el segundo nivel existen dos dormitorios. La planificación incluyó cuatro casas en uno solo nivel para las familias con algún minusválido entre sus ocupantes; estas son de 42,15 metros cuadrados. La superficie donde se emplazan las edificaciones promedia alrededor de 100 metros cuadrados, lo que deja un espacio suficiente para un patio.
Vera indica que tendrán áreas verdes y juegos infantiles. Destaca también "la vista al mar, es una zona céntrica, con colegios, hay un cecosf cerca".
A su vez, Cárdenas menciona entre lágrimas que "cuando vine por primera vez me dio gusto y dije que no me importaba que me dieran una caja de fósforos, donde tuviera mi cama y mi cocina no me importaba. Haber visto a mis hijos crecer y lo que tuvimos que vivir, humillarnos cuando no teníamos para pagar arriendo…".
Hoy agradecen la posibilidad de concretar su anhelo. Yacolda lo hace patente en la figura del actual alcalde Cristian Ojeda. Ella cataloga que el político recién asumido en su cargo le prometió que trabajarían conformando una mesa por esta demanda.
La población está aún sin nombre y se espera que para su denominación intervengan activamente sus futuros residentes. La inversión del Ministerio de Vivienda y Urbanismo llega a 2 mil 600 millones de pesos.
La lucha que dieron estas dirigentes y las 123 familias que albergará la población es un ejemplo de tesón y perseverancia. La determinación de estas personas en situación límite logró hacer que cayeran las barreras que las separaban de un derecho fundamental de los seres humanos, como es el de la vivienda.
Diciembre de 2016 es la fecha programada para la entrega de estos inmuebles que harán que un grupo de vecinos pueda celebrar la llegada de un nuevo año en su propia casa. Por ahora, un sueño casi cumplido. J