¿Está Chiloé preparado para un gran terremoto?
Chiloé, al igual que parte del sur de Chile y también de la Patagonia, es una de las zonas con menos recurrencia de sismos del país. Sin embargo, los expertos recalcan que es una de las que tiene mayor conciencia y memoria de desastres naturales por movimientos telúricos, luego del gran terremoto ocurrido el 22 de mayo de 1960, que repercutió fuertemente en el Archipiélago, perdiéndose cientos de vidas debido, mayormente al tsunami que azotó las costas de la provincia y en los meses que le siguieron por la consecuencias en la salud de los damnificados.
Pese a esto y tomando en cuenta los cuatro sismos claramente percibidos por la población y con epicentro en las cercanías de Ancud en los últimos días -uno incluso ocurrió ayer (ver recuadro)-, el diagnóstico que algunas voces hacen es que existiría aún deficiencia en la preparación para otro gran evento de estas características, sobre todo ante la amenaza que algunos especialistas esbozan sobre la zona entre Valdivia y el sur de Chiloé, quienes indican que están las condiciones para un terremoto de aquí al 2025.
El afamado geógrafo físico de la Universidad Católica Marcelo Lagos, uno de los expertos más reconocidos en lo que respecta a fenómenos sísmicos, fue enfático en reafirmar la investigación que anuncia un gran movimiento telúrico en las costas de las regiones de Los Ríos y Los Lagos, indicando que uno de los lugares más probables de su epicentro sería las costas de Ancud o el canal de Chacao.
"Ese estudio es de un chileno que se llama Marcos Moreno, que es geólogo de la Universidad de Concepción", recuerda Lagos, detallando que "él en su trabajo utiliza redes GPS para ver qué tan acopladas o pegadas están las placas, en particular la de Nazca y Sudamericana, y su trabajo confirma que entre Valdivia y el canal de Chacao las placas están muy acopladas, se están moviendo muy poco y eso quiere decir que están en el proceso final de un ciclo físico y eso implica una alta probabilidad de un terremoto".
Agrega el profesional que "el pasado de la zona centro sur de Chile, entre Concepción y la península de Taitao (al sur del Archipiélago de Los Chonos), tiene un pasado de terremotos grandes y gigantes", advirtiendo que "yo diría que el terremoto que podría venir en la zona centro sur, cercano a Ancud, por ejemplo, sería uno como es de noviembre de 1837 (Valdivia, estimado en magnitud 8) y ese terremoto rompió un segmento parecido que debe ir desde Puerto Montt hacia el sur, yo diría que incluso entre el canal de Chacao y la península de Taitao".
Recalca el geógrafo que ese sería el escenario más probable, con un terremoto sobre magnitud 8, pero con un tsunami probablemente menor al de 1960, para lo cual habría que tomar precauciones tomando en consideración qué pasó en el maremoto de hace 55 años en Chiloé.
En este sentido, la fuente destaca que la experiencia de ese cataclismo se ha encargado de disminuir algunos riesgos, pero que aún existe una normativa pobre en el sentido de la edificación antitsunamis, recalcando que es este fenómeno el que ha hecho perder más vidas en comparación con los terremotos y para prevenir esto es necesario incorporar a los planos reguladores el peligro inminente de construir y vivir en la costa.
AL DEBE
También exponen reparos y falencias respecto a las condiciones de infraestructura y conciencia ciudadana ante sismos profesionales y voluntarios que han trabajado en simulacros y en emergencias reales movidas por estos fenómenos.
La prueba más latente de cómo se comporta la población quedó al descubierto la noche del 16 de septiembre cuando un terremoto grado 8,4 de magnitud, según el Centro Sismológico Nacional, sacudió amplias zonas de la Región de Coquimbo y territorios cercanos en Chile y Argentina, percibiéndose incluso en Brasil.
Este escenario real llevado a la situación provincial abrió una serie de cuestionamientos que se asocian a las características de seguridad existentes.
"Mi visión general de si Chiloé está preparado para un sismo o tsunami es que creo que no", expone el constructor civil radicado en Quellón Claudio Velásquez.
Las observaciones del profesional apuntan directamente a las condiciones de la infraestructura caminera basada en los puentes que conectan la Ruta 5 Sur entre Ancud y Castro y cómo se supliría su posible colapso tras un fuerte sismo.
El ex concejal añade que "si en un terremoto colapsan los puentes, ¿tenemos los puentes mecanos para poder tener una solución provisoria para poder darle continuidad? No tenemos, entonces allí hay deficiencias".
A su paso, el constructor civil asevera que no existen las normas que regulen las construcciones que se levantan a lo largo del borde costero del territorio chilote, las que son miles, ya que prácticamente todos los principales centros humanos están en zonas ribereñas.
"Tienen que existir las normativas, que no existen, pero básicamente no están siendo exigidas por las municipalidades para todos los riesgos que se puedan producir si se generara un tsunami y que pudiera subir el nivel de las aguas arrasando con todo lo que hay en las costas de Chiloé", apunta Velásquez.
Invoca acerca de la necesidad de que sean las autoridades quienes empleen las herramientas legales para normar las edificaciones en las costas y con ello reducir los niveles de riesgo y prevenir pérdidas de vidas ante un desastre natural.
CONCIENCIA
En tanto, la prevencionista de riesgos ancuditana Elena Mansilla apunta su mirada a la falta de conciencia que aún existe en la población al momento de adoptar los resguardos necesarios cuando de una emergencia sísmica se trata.
Uno de los ejemplos más claros, según la profesional, se asocia a la importancia de hacer abandono de los sectores costeros, citando como el mejor ejemplo cuando se producen marejadas que golpean las costas.
"Hay cosas tan sencillas, como por ejemplo las marejadas. Uno puede ver que la gente se va a la orilla a ver cómo es la sensación, cómo se ve, entonces no se está tomando la conciencia", acusa.
En este orden, Mansilla cuestiona la falta de conciencia de la ciudadanía cuando el terremoto del 16 de septiembre de 2015 activó una alerta de tsunami en toda la costa de Chile, haciéndose caso omiso en el caso del borde costero en Ancud.
"Hay familias que están en las zonas críticas que no hicieron evacuación, por ejemplo, entonces es algo que hay que trabajar todavía", manifiesta.
Más crítico es el jefe de la Defensa Civil en Ancud, Carlos Trujillo, quien ha participado tanto en ejercicios de ensayo como en emergencias reales por maremoto.
Señaló que en un diagnóstico visual por el radio urbano de Ancud las condiciones en comparación con tiempos pasados no han variado sobre todo en el bordemarino de la ciudad.
Afirma que "históricamente Ancud sigue igual, siguen las mismas condiciones de construcción en el borde costero, entonces falencias hay muchas". En este sentido enfatiza la carencia de señalización, siendo "insuficiente" para orientar a la población en caso de una evacuación por alerta de un tsunami.
Por su parte, el superintendente de Bomberos de Castro, Humberto Molina, consigna que si bien en la capital provincial y otras localidades existen demarcaciones de riesgo de tsunami, no se ha trabajado en la misma materia para delimitar lugares de mayor riesgo al momento de terremotos.
"Tenemos situaciones peligrosas de derrumbes de cerros o que la tierra se abra, por lo menos está esa experiencia del año 1960. Son muchas situaciones que tenemos que ir analizando", advierte el oficial, precisando que "hay conocimiento de las zonas críticas en cuanto a un tsunami, que está demarcado, pero ante un terremoto no se ha visto un estudio concienzudo sobre eso".
"De producirse cualquier situación de emergencia, no solo terremoto o tsunami y dependiendo de la fecha en que pueda ocurrir un terremoto, tenemos otras situaciones de emergencias, como incendios o derrumbes, pero para eso tenemos todo previsto", apunta.
Respecto a los protocolos oficiales de la autoridad provincial, la encargada de Emergencia de la Gobernación de Chiloé, Mónica Bustamante, informa brevemente que "nosotros nos regimos por el Plan Regional de Emergencias y ahí está estipulado todo el operativo", concluyendo que "este operativo tiene que ver con la intensidad del sismo. De acuerdo al protocolo, cuando es sobre 7 se reúne el COE (Centro de Operaciones de Emergencias)". J