La hija del legendario Amador Cárdenas sigue sus pasos con el conjunto infantil Canelo
Ricardo Mundaca I.
En Quellón se aprecia la música chilota. Se escucha a través de la radio, en fiestas, celebraciones y ocasiones especiales. Los colegios e instituciones la difunden en sus actos. Incluso brilla en velorios. Muchas canciones que están en el imaginario popular, conocidas por la mayoría, pertenecen o fueron rescatadas por un hijo adoptivo del sur de la Isla que abrazó esa tierra y se quedó hasta su último día: Amador Cárdenas Paredes, fundador del perenne grupo Llauquil.
Tal vez es el más grande autor del Archipiélago. Ganador del Premio Nacional a la Música Chilena, investigador, recopilador, innovador, investigador y difusor del folclor el nacido en Lín Lín dejó un legado imborrable que esta provincia debe agradecer.
En fin, hablar de Cárdenas da para largo. Hoy, a casi doce años de su partida, su hija Estefanía Cárdenas Álvarez mantiene viva la llama que encendió su padre y que ha marcado su vida desde la infancia.
Para ella, la mejor forma de homenajearlo es preservar este espíritu musical y lo hace abonando el terreno para que la semilla de su arte crezca y mantenga su legado para siempre, es a través de los niños. El grupo Canelo de Quellón.
Sobre su aproximación a la música, comparte que "me criaron en medio de un ambiente musical, folclórico, así que fue algo de mis dos padres. Ambos me enseñaron a amar mi tierra, me inculcaron la música y las danzas de Chiloé. Eso lo aprendí con lo que hacían en el grupo Llauquil".
Hace poco más de tres años, Estefanía, de 28 años y profesora de música de la Escuela Eulogia Bórquez Pérez, fundó un conjunto de niños que se dedica a la difusión del trabajo realizado por el señero investigador.
El significado de ser hija de Amador, para esta chilota, es fuerte: "Es súper potente. Para mí es un tremendo orgullo ser la hija de Amador Cárdenas y Viviana Álvarez, una mujer muy potente acá en la Isla también. Esto lo asumo con lo que él me transmitió. El legado de mi papá es valorar y mantener viva la música y la danza de Chiloé, que se mantengan en el tiempo, lo más natural posible y sin trastocarlas mucho".
La educadora habla del proyecto que la apasiona. "El grupo Canelo se forma una vez que estábamos conversando con un amigo, compañero de Llauquilito, y hablábamos de seguir ese legado y de la manera de hacerlo. Sentí que era el momento y que tenía que ponerme las pilas y ocupar mi tiempo en seguir cultivando lo que mi papá enseñó, para que perdure y no se pierda", mencionó.
tres años
La vida oficial de Canelo comienza en junio del 2012 y Estefanía lo explica: "Esta fue una idea loca mía. Llauquil es una institución familiar. Es un grupo conformado por familias, por tanto, yo no podía llegar y decir voy a crear un grupo y le voy a poner Llauquilito, no. De hecho, para que así fuera, debería haber sido integrado por niños familiares del Llauquil, y yo quería hacer algo independiente".
La agrupación de niños está compuesta en la actualidad por 16 menores, ocho niñas y ocho niños, de entre 6 y 13 años. Para ser miembro del grupo Canelo, la directora argumenta que "la verdad es que ingresan porque yo los busco. Los veo cantar, me entero que tienen algún talento, que cantan o tocan un instrumento y los ubico. Los niños provienen de todos los colegios de Quellón".
Una vez al interior del conjunto, los pequeños trabajan constantemente. Los ensayos se realizan tres veces a la semana -miércoles, jueves, viernes y por dos horas- y utilizan la casa del grupo Llauquil para hacerlo.
La actividad en los primeros días de octubre es intensa y Estefanía profundiza que "nos estamos preparando harto porque tenemos una gira a la ciudad de Arica a partir del martes 12. Fuimos invitados a un festival internacional de folclor infantil, así que estamos a full con los niños para llegar con un buen nivel musical".
La función que cumple cada menor en el entramado del Canelo es detallada por la directora: "Hay cuatro músicos, pero por lo general en este formato, que es lo mismo que Llauquil, la idea es que todos hagan de todo, a excepción del acordeón y la guitarra, que eso lo hacen los niños que saben, pero acá todos cantan y todos bailan". Del grupo, en definición de su fundadora, "es un grupo de proyección folclórica".
La permanencia de los pequeños en el colectivo es un tema no menor. "A los niños, más que hablarles de edad, les digo que es de primero a octavo básico. Los que están en octavo saben que en diciembre se tienen que retirar y eso es doloroso. El grupo, como no tiene muchos años, tiene niños que lo fundaron y ahora deben dejarlo, y no lo pueden creer. Pero tiene que hacerlo porque el grupo es de niños y se tiene que mantener esa magia".
repertorio
En cuanto al repertorio que realiza Canelo, ella misma confiesa que "hacemos canciones y danzas creadas o recopiladas por Amador Cárdenas. Siempre es así porque la idea es mantener vivo su trabajo. Trato de enseñarle a los chicos canciones que mi papá creó o recopiló, pero que no coincidan con las que Llauquil hace. Como para hacer algo diferente, aunque el formato es el mismo, trato de hacer las canciones que Llauquil ya no canta. Hacemos un repertorio huilliche muy potente, también uno más profano, que es la música más tradicional".
Las actuaciones del Canelo surgen de invitaciones. "No lo planeamos, los chicos y yo ensayamos, y a los lugares donde vamos es porque nos invitan. En ese momento decidimos si vamos o no. Lo mínimo que pedimos es traslado. El grupo no tiene un interés económico, no es nuestro objetivo. Con los pocos recursos que a veces logramos obtener nos compramos ropa y lo comemos", cuenta entre risas la directora.
Una característica notable de la agrupación, según la docente, es que los niños artistas son autosuficientes; "Ellos hacen todo solos, yo lo único que hago es dirigir, nada más. Pero en las presentaciones ellos hacen todo, yo soy público. Esa puede ser la diferencia entre Canelo y cualquier otro grupo donde hayan niños. Yo confío en ellos y para eso ensayamos mucho, para lograr esa autosuficiencia"
Para que una iniciativa así exista requiere de apoyos. Al respecto, Estefanía comenta que "hay un apoyo total en todo sentido. De parte de los papás, en el tema económico. Por ejemplo, con el viaje de ahora, que es por muchos días, tuvimos que hacer beneficios y hartas cosas. También recibimos apoyo de la Municipalidad de Quellón, que ha sido total y esta vez no fue la excepción. De parte de los colegios igual nos apoyan".
De cara al futuro de la agrupación, Cárdenas apunta que "el gran objetivo es continuar el trabajo de mi papá. Que la gente sepa que estamos trabajando para que eso no muera. La gente igual lo pide. Eso es Canelo y esa es mi motivación. Que la música de Amador Cárdenas continúe generación tras generación. Queremos mantener nuestras tradiciones, nuestra música, nuestras danzas".
Esta preservación, a juicio de ella, pasa por "la grabación de uno, dos o tres discos. Un grupo como este le hace falta a la Isla y, por qué no decirlo, a nuestro país".J
"Para mí es un
tremendo
orgullo ser la hija
de Amador
Cárdenas y
Viviana Álvarez,
una mujer muy
potente acá en la
Isla también".