Los desafíos de la directora del Museo Regional de Ancud
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Marijke van Meurs (56), de profesión arqueóloga, es la directora del Museo Regional de Ancud desde junio del 2001, época en que postuló al cargo en un concurso público que había para varias direcciones de museos de la Dibam en el país, eligiendo Chiloé porque, según ella, era una zona que le interesaba conocer más.
De niña salió de país para radicarse en Holanda, país de sus ancestros, regresando a trabajar en la Universidad Austral de Chile en Valdivia, para luego venirse al norte de la Isla Grande, donde comenzó a trabajar diversos proyectos, destacando uno de infraestructura porque el céntrico edificio de aquel entonces presentaba varias falencias.
La profesional recuerda que cerca de su oficina "entraba un chiflón de viento que calaba los huesos" y que la mantuvo por un buen tiempo resfriada, razón por la que se debió trabajar una iniciativa de mejoramiento para el inmueble que ya estaba en carpeta, pero que se tuvo que modificar.
Además, van Meurs intentó participar en un proyecto del Museo Prehistórico de Puente Quilo, iniciativa que no prosperó porque el inmueble levantado por el extinto Serafín González es de privados y ninguna institución pública se ha hecho cargo de este tipo de recintos.
Respecto a las transformaciones que ha vivido el Regional, expone que "hicimos un programa arquitectónico que implicaba ver al edificio a más largo plazo para ver cuáles eran los problemas que tenía. Estaba la biblioteca abajo, era un tema importante porque era incompatible por el espacio y tener otra institución en el mismo edificio era complicado por un tema de seguridad. En este tiempo hemos concretado la sala Challanco y el nuevo hall de entrada, además contamos con más profesionales".
-Tenemos que verlo como un espacio público que está muy relacionado con la comunidad local, pero también con todas las otras instancias culturales del Archipiélago. Hacemos muchas actividades de la Red de Cultura. Estamos trabajando en términos de contenido con nuestras colecciones y preparando una museografía para el año 2016 que sea interesante, que muestre cosas nuevas a todo el mundo, no sea ni fome ni demasiado intelectual; igual es mucho trabajo. La idea es mostrar la esencia de Chiloé y partimos de la base que el patrimonio natural va de la mano con lo cultural.
-La firme, nosotros tenemos un microcine que dio durante el 2014 estrenos nacionales los días jueves y llegaban dos personas, siendo que la sala da para 21 y estábamos dando las mismas películas que se entrenaban en Santiago por las que la gente llenaba los cines. Yo creo que es un poco de flojera no salir en la tarde, preferir quedarse detrás de la estufa tomándose un matecito o quizás no sabemos llegar a la gente.
Para el Día del Patrimonio Cultural (de este año) llegaron 104 personas y teníamos joyitas con películas de varios minutos donde se mostraban Ancud y Castro de 1948. Vino gente, pero pensábamos que podía llegar más, teníamos visitas a los depósitos, área que no se conoce del museo, pero -bueno- es un espacio que la gente tiene que ir ganando. Desde marzo todos los museos de la Dirección de Archivos del Ministerio de Educación tienen la entrada gratuita, cualquiera puede venir al museo sin pagar entrada. No sé si la gente piensa que el museo está hecho para un grupo de personas, es para todos y es más, es plata del Estado.
legado
-Este lugar cuando yo me retire va a quedar impecable (ríe). Para empezar tendremos una museografía nueva con las colecciones estudiadas porque conservadas ya están, pero nos falta documentar muchas cosas y tener piezas relevantes. La colección del museo se puede mejorar. Creo que la comunidad cuando encuentre algo en su casa que le parezca relevante piense que el museo es un espacio donde dejar ese patrimonio, porque en otro lugar se va a perder.
-Si alguien tiene cosas que para él sean importantes pase por acá antes de dársela a otro, porque uno nunca sabe qué va a pasar con esas piezas que uno conserva, la gente puede decir esto no es importante y lo bota a la basura. Muchos piensan que las personas que vienen se van preocupar de las cosas como lo ha hecho uno y no siempre va a ser así; yo, por ejemplo, tengo una colección de fotografías de la familia y debo pensar muy bien qué voy a hacer con ellas, yo no tengo descendencia y no creo que mis sobrinos que viven en Holanda le interesen fotos de la familia que nunca conocieron. Si tienen algo valioso o que representa de alguna manera la historia de alguna región o país deben dejarlo en el lugar que corresponde, como en este museo.
-Mucho calor de cocina, mucho tema por investigar, una naturaleza maravillosa, muy buenos amigos, esto es lo principal. Además, el clima y la lluvia nunca me han complicado. J