Chiloé ofrece su ayuda técnica y especializada para víctimas de la tragedia del norte chileno
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Corre la medianoche del domingo. Cuando en la mayor parte del país existe un ambiente de tranquilidad, en Copiapó el calvario es indescriptible. La tragedia derivada por los temporales, aluviones y salidas de ríos volvió a la capital de la Región de Atacama, como otros puntos del norte de Chile, en una verdadera olla de presión. Y dentro de este escenario, el hospital copiapino acapara la tensión y el drama.
Ingresa de urgencia un paciente. Se encuentra en mal estado, como decenas de otros que han llegado al recinto. Lo derivan a la unidad de dializados. Está grave; se teme lo peor. Hace horas que necesitaba tratamiento, pero solo de madrugada lo consigue. Salvó de la muerte y un chilote fue protagonista de este milagro.
Se trata de Esteban Gómez Jara (56), un médico oriundo de Castro, quien dejó sus tradicionales labores como jefe de Nefrología y Diálisis del Hospital Clínico San Borja Arriarán para sumarse a los especialistas que ayudan en medio de la tragedia.
Había arribado pocas horas antes de esa agitada madrugada de domingo en que atendió al paciente que esquivó un desenlace fatal. Y como esa experiencia, ha vivido muchas en estos días en el atribulado centro asistencial nortino. Es más, no duda en señalar que el ambiente "es desolador" y que ni siquiera se aproxima a lo descrito por los medios.
"En la primera impresión que tuve me di cuenta que no se ha logrado dimensionar la gravedad de la tragedia. Lo que se ve no es la mitad de lo que pasa", aclara tajante para ubicarse, al menos en el papel, en la delicada situación que existe.
llamado
Tal como otros profesionales que llegaron a brindar su respaldo técnico, este ex estudiante del Liceo Galvarino Riveros no dudó en organizar su tiempo para viajar al norte.
"Se hizo un llamado para apoyar los puntos más sensibles, siendo la salud uno de ellos", acota el especialista, enfatizando que dentro de este marco la diálisis estaba en un complejo escenario.
"Para estos procedimientos se necesita del agua, servicio que ante la catástrofe escasea. Por ello, era de suma urgencia tomar cartas en el asunto y organizarse", apunta el isleño.
En más del doble aumentó la demanda dentro del nosocomio copiapino. Los 45 pacientes que regularmente se dializaban se incrementaron a 112, ya que se absorbió la demanda del sistema privado que colapsó con la tragedia. Y eso no era todo. Solo existe un nefrólogo en el recinto hospitalario.
El panorama no podía ser peor, por lo cual la experiencia de Gómez fue literalmente un salvavidas.
"Dentro de la misión que tomamos estaba la de gestionar el sistema, organizar la unidad considerando la cantidad de pacientes y distribuirlos de la mejor forma en las 10 máquinas que existen. Para esto había que adecuar personal, horarios, metodologías de trabajo, dividir a los usuarios por gravedad y una serie de otros puntos para que el funcionamiento sea el mejor posible", detalla.
recursos
Y pese a lo negativo del panorama, se logró sacar adelante el buque. Eso sí, optimizando y multiplicando al máximo los recursos. "Esto funciona día y noche. Incluso, el primer día que llegué se realizaron siete turnos, trabajo de 36 horas por jornada", enfatiza el chilote.
Con esta labor no fue necesario el traslado de pacientes a otras ciudades. La gestión aplicada permitió cubrir todos los requerimientos, más allá que sigan llegando los enfermos de distintos puntos de la región. Una situación por la que de inmediato el médico hizo una analogía con su Archipiélago.
"Pese a las diferentes condiciones geográficas y climáticas, existe una similitud con lo atomizado del territorio. Hay muchos usuarios que vienen de pueblos lejanos, con difícil acceso, de los cuales incluso no se sabía al estar incomunicados. Para todos ellos hubo que reorganizarse, hablar con el SAMU y destinar todas las ambulancias y medios para atenderlos", manifiesta el nefrólogo.
El tiempo no es el mejor aliado para el profesional de la Universidad de Chile. Igualmente alcanzó a describir algo de lo que se vive al interior del hospital, que se ha convertido en su hogar. Y no piensa despegarse de ahí en los próximos días. "Uno empieza a trabajar y no sabe cuando termina", ratifica, tal como lo vivió anteriormente para los terremotos de 1985 y 2010, cuando concentró su accionar en la capital del país ayudando a cientos de enfermos.
Por eso, pensaba quedarse cinco días en Atacama, pero ahora la estadía es indefinida. Por lo menos, superior a una semana esperando que se regularice más el panorama, los servicios permanezcan estables, la conectividad sea mejor y los insumos médicos lleguen. Un apartado en que el aporte técnico de los chilotes se ve graficado en otro reconocible esfuerzo.
MEDICAMENTOS
A pesar de no concretarse, por lo menos hasta ahora, una presencia personal en el norte del país, la ONG Chiloé SOS salió en ayuda de los miles de necesitados producto de la tragedia.
Bastó la comunicación de personal de la ONG Salvamento, Asistencia, Rescate (SAR Chile) que permanecía en el hospital de campaña de Diego de Almagro para organizar de inmediato la ayuda desde la provincia insular.
Tal como lo aclara Rodrigo Venegas, encargado de logística de la organización con sede en Castro, "el contacto desde el norte nos decía que necesitaban con urgencia fármacos, por lo cual se diseñó una campaña con los médicos asociados a nuestro grupo y laboratorios para reunir estos medicamentos que sumamos a un stock que teníamos de otras iniciativas desarrolladas de manera local".
De esta forma y en pocos días, ya se han reunidos más de 10 cajas con insumos farmacológicos, tanto pediátricos como para adultos. Para los niños se han reunido antibióticos, antifebriles, sales de hidratación, vitaminas, antialérgicos y otros remedios; mientras que para los mayores se juntaron analgésicos, hipertensivos, hipoglucemiantes y sicotrópicos para tratar principalmente la depresión.
Cada caja reunida permite dar tratamiento a 80 personas, por lo cual se valora el despliegue realizado dentro de una iniciativa que finaliza hoy, con el despacho de las unidades para el norte.
La coordinación para el traslado se está realizando con la Oficina Nacional de Emergencia, que pondrá la ayuda de los chilotes a disposición del Servicio de Salud de Atacama para la distribución de los fármacos.
En cuanto a especialistas en terreno, el presidente de la ONG Chiloé SOS, el médico Carlos Moreno, asegura que "están alertas y a disposición" ante los llamados de las autoridades.
"Se ofreció a personal médico y paramédico de Chiloé para ir en ayuda al norte, pero dentro de una estructura formal, siempre organizados y no de forma particular para que se optimice al máximo la labor", explica el profesional del hospital castreño, añadiendo como una verdadera premisa que refleja el sentir chilote que "estamos dispuestos a ir a ayudar al norte". J