Secretos y sabores de la capital mundial del vino
La Estrella de Valparaíso
Chile, país vinero por excelencia, se destaca por la gran cantidad de viñas a lo largo de su territorio. El sector Valparaíso-Casablanca posee las características geográficas y climáticas idóneas para la producción vitivinícola. Es así como el valle de Casablanca alberga trece viñas con infraestructura turística aparte de los viñedos plantados por otras empresas; todas estas condiciones le valieron a esta zona el título de capital mundial del vino.
El clima del valle casablanquino se caracteriza por ser frío, debido a la cercanía con el mar, lo que facilita la preparación de vinos blancos como el sauvignon blanc o el chardonnay y vinos tintos de mediana maduración como el pinot noir o el syrah.
Para conocer de más cerca la ruta del vino y el extenso e interesante camino que transita desde el racimo de uva hasta la copa en su mano, hicimos un recorrido por el área.
VIÑA Indómita
Nuestra primera parada fue en la Viña Indómita, fundada y construida en 2001 por el grupo Bethia que realizó una gran inversión para instalar maquinaria con tecnología de punta.
Lo que destaca en primer lugar es la vista privilegiada que ofrece. Desde su mirador se puede observar el valle de Casablanca en todo su esplendor, lo que lo hace ideal para ofrecer tours turísticos.
En Viña Indómita se pueden tomar distintos tipos de paseos: existe el tour clásico, el prémium, el puesta de sol y el cabalgata. Los más solicitados son los tours clásicos, que tienen un valor de $9000 por persona, y el prémium que cuesta $15.000; en ambos se recorren los viñedos y las instalaciones mientras los guías explican los procesos de cosecha y responden las dudas de los turistas, los que en su mayoría son extranjeros. Los paisajes son ideales para tomar fotografías. La jornada finaliza con una degustación de vinos, y dependerá del tour tomado la calidad de los vinos servidos y la duración del recorrido.
Se ofrecen tours de lunes a domingo en cuatro horarios diarios: 10.30, 12, 14.30 y 16 horas.
Viña Indómita se centra en la producción de vinos de exportación: el 95% de sus productos se vende en el extranjero, en países como Inglaterra, Estados Unidos, China y Alemania, confirmando que efectivamente el vino chileno tiene gran prestigio a nivel mundial.
La gama de Indómita es bastante amplia. Los primeros vinos son los varietales, estos son de menor calidad, ya que no son reposados en barricas. Luego vienen los varietales prémium, los gran reserva, los prémium y los ícono, entre otros. La cepa cabernet sauvignon es por excelencia la más vendida en Chile; tiene claros toques de frutos rojos, buenos taninos y es fuerte en la boca, ideal para las carnes rojas.
Una de las etapas claves en el proceso de producción del vino es el guardado. Una vez extraído el vino se almacena en estanques de acero inoxidable, donde se fermenta y regula la temperatura. Los estanques de Viña Indómita tienen una capacidad de diez millones de litros, dependiendo del tipo de uva y vino que se esté preparando cambiarán los trabajos que se le realicen.
Los vinos tipo varietales pasan del estanque a la botella y los gran reserva o prémium pasan por la barrica, generalmente se usan barriles de roble americano o francés. El tiempo de guardado obedece a la calidad del vino, y va desde los 6 hasta los 24 meses como máximo; posteriormente, vuelve a los estanques de acero inoxidable, allí es filtrado para luego ser embotellado.
Una vez sellado en la botella debe volver a reposar unos meses y finalmente es puesto a la venta. Sus vinos se pueden encontrar en supermercados, la Vinoteca y tiendas Mundo del Vino; también se pueden comprar en la misma viña a un precio menor.
VIÑA QUINTAY
La historia de la Viña Quintay está marcada por el fuerte crecimiento que ha vivido. Nació el 2005 como una producción pequeña con dos dueños y equivalía a 500 cajas de vino al año, especializada en la cepa sauvignon blanc.
Hoy en día es propiedad de once dueños y produce cerca de un millón de litros anuales, aunque sigue enfocado en el sauvignon blanc, que ocupa el 50% de su producción, ahora también ofrece otras variedades, como el chardonnay, el pinot y el syrah; todas estas son producidas en el valle de Casablanca porque sus condiciones son propicias para la producción de estas cepas.
El encargado de Turismo de la Viña Quintay, Rodrigo Gómez, cuenta que al ser propiedad de once empresarios vitivinícolas tienen una ventaja privilegiada ante otras empresas, ya que tienen mayor acceso a viñas ubicadas en otros puntos del país con climas distintos. Por ejemplo, para la elaboración de las cepas carménère y cabernet sauvignon se traen uvas de viñedos emplazados en Rapel y en Maipo, ya que en esos lugares hay mayores temperaturas, las cuales son favorables para la maduración óptima de esas uvas.
Rodrigo es enfático al aclarar que las características geográficas y climáticas son determinantes en el resultado final del vino, incluso en uvas de la misma cepa. En la Viña Quintay se habla de "sectores". Cuenta que un sauvignon blanc de zona alta puede ser muy distinto en sabor, color y aroma a uno de una área media o baja.
El fácil acceso a los tres sectores permite una mejor selección de las uvas. Para el syrah se ocupan uvas del sector alto, para el pinot y chardonnay se utiliza el sector medio, y para el sauvignon blanc se usan los frutos del sector bajo. Incluso se pueden mezclar uvas de los distintos sectores, como se hace para el vino reserva.
ALGUNOS MITOS
En las viñas se confirman y desmienten varios mitos sobre el vino, algunos reales y otros no tanto.
La creencia de que mientras más antiguo el vino mejor: esto no es necesariamente cierto; hay algunos vinos blancos, como el sauvignon blanc que destacan por su sabor ácido y si se deja reposar más de la cuenta comenzará a perder el grado de acidez, por lo tanto, lo ideal sería consumir vinos el mismo año de cosecha.
La copa de vino se debe tomar desde el tallo, ya que si se toma desde la parte superior (cáliz) sube la temperatura del vino, lo que puede afectar su sabor; además, se puede dejar los dedos marcados lo que dificulta que se vea su color.
Cuando los catadores sienten olores a frutas o verduras no significa que se utilicen como ingredientes, son olores que se dan naturalmente en la estructura molecular del vino, similares a las estructuras de otros frutos como las aceitunas, los espárragos o las piñas, no son más que simples parecidos aromáticos.
Gómez confirma que el vino se agita para oxigenarlo y que toda la copa entre en contacto con el líquido, así se expanden las moléculas aromáticas, y se perciben mejor los olores. La técnica de agitación debe ser un movimiento circular con la muñeca. Quienes no tengan práctica pueden comenzar apoyando la copa en la mesa y moviéndola en círculos.
La creencia de que los vinos de calidad tienen el fondo más puntudo no es tan acertada. Los vinos que necesitan más tiempo de guarda suelen tener la cavidad inferior más profunda para que el vino decante y la parte sólida se concentre abajo y no se mezcle con otros sedimentos.
El valle de Casablanca ofrece diversas actividades turísticas. Hay degustaciones, cabalgatas, almuerzos e incluso paseos en helicópteros; solo hay que hacerse el tiempo y atreverse a seguir la travesía de esta interesante ruta del vino.J