"Moncho": "¡Si Colo Colo gana, Chile está feliz!"
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El pan, grita Adriano Castillo, o, más bien, el mítico "Compadre Moncho", está más sabroso que nunca. El triunfo de Colo Colo por 2-0 ante Atlético Mineiro, explica el hombre con fama de moroso, lo tiene con el ánimo en el cielo. Plantea que el equipo vivió una resurrección con rasgos bíblicos, que en cosa de semanas un plantel que parecía muerto se levantó.
Imagina a Esteban Paredes como el mesías y considera que hoy, 48 horas después del debut albo en Copa Libertadores, la gran mayoría de los compadres Moncho del país están excitados. El pueblo, analiza, es mayoritariamente albo. Y cuando Colo Colo gana, Chile produce más.
¿Los compadres Moncho son de Colo Colo?, pregunta La Estrella. "No te podría decir, pero hay muchos de Colo Colo. Indudablemente que el compadre Moncho de Copiapó es de Copiapó. El de Viña es de Everton. Pero en Santiago la mayoría es de Colo Colo", confirma el Moncho real.
Habla ahora Paul Vásquez, humorista callejero y figura frecuente de la galería Tucapel del Monumental. Dice, de forma escueta, que "Colo Colo es Colo Colo". Y por eso hoy "El Flaco" está feliz. ¿Se ilusiona con la Copa, Paul? Obvio, responde con un estilo lacónico. Cree, como Castillo, que el símbolo del equipo es Paredes y opina que "Chupete" Suazo pronto alcanzará su redención.
¡Prudencia!
Adriano Castillo, ex candidato a core y amigo eterno de Guillermo Venegas, le pide un espacio a La Estrella para, a través de esta página, pedir prudencia. Se reconoce un hombre racional y, por eso, cree que ilusionarse es prematuro. Califica a Colo Colo como un equipo irregular y regala un ejemplo imaginario: "Así como le ganamos 2-0 a Atlético Mineiro, mañana podemos perder con Tricolor de Paine".
Evalúa, también, que el plantel actual es discreto. Que las figuras que lo componen están lejos de su plenitud y que su futuro en la Libertadores es incierto. "No es un equipo", opina Castillo, "como para pensar en ganar la copa".
Y luego ofrece una cuota de sabiduría: "cuando las expectativas son muy grandes, las frustraciones son igual de grandes".
Le pedimos ahora a Castillo que haga un ejercicio ficticio: que imagine al "Compadre Moncho" jugando en Colo Colo. Y, apenas oye la petición, lanza un grito: "¡eso sería imposible!". Explica que un jugador como el compadre no tendría cabida en ningún equipo; sería un estorbo. Sospecha, a lo sumo, que podría emular a los viejos cracks y aportar en el medio. Aunque, en realidad, cree que su rol estaría abocado a labores recreativas. "Sería, digamos, el ayudante del ayudante; el aguatero. O el encargado de juntar la cuota para el asado. Recaudaría 10 lucas y se quedaría con tres", especula Castillo.
Colo Colo, en definitiva, es un cúmulo de felicidad. Y "Compadre Moncho" y "El Flaco", hinchas emblemáticos del equipo, confirman la tesis. Ahora van, con prudencia pide Castillo, por el sueño Libertadores de América. J