Reymar entrega consejos para el Día del Amor
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Falta un poco más de dos semanas para el Día de San Valentín, fecha en la que muchos se la juegan por sorprender a la pareja con algún cariñito extra. Y si bien queda harto, la idea es no hacer la del chileno y dejar todo para el último. Es por ello que, con el fin de que no queden en vergüenza, la sensual y bella Reymar Bernal se paleteó con algunos consejitos, además de comentar qué hacen los amantes venezolanos.
"En mi país, lo que más se llenan son los restoranes y los hoteles", dijo de partida la morenaza, quien contó que al igual que acá, las chocolaterías y florerías se hacen la América con aquellos que no salen de lo tradicional.
Sin embargo, si lo que quiere es dejar con la boca abierta a su pareja, Reymar recomienda irse a la segura planeando alguna cena, ojalá con alguna cosita afrodisiaca, y para la imaginación, una buena lencería para compartir con el otro.
"Aunque para muchos suene cursi, cuando tengo pareja a mí me fascina sorprender con detalles, tomar la iniciativa. Me gusta arrendar una buena habitación de un hotel, con velas, rosas. De repente pago la mejor comida del almuerzo o la mejor botella".
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"Hay que vestirse bien sexy para el pololo. Una buena lencería, buen perfume, un buen sitio, comida y sobre todo el placer".
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"Eso mismo, la guinda de la torta".
"Claro, también ir a los sex shop, donde uno puede comprar un juguetito nuevo, o quizás un lubricante para hacer masajes. Todas esas cosas ricas que a uno lo ponen creativo para esa fecha. Aunque yo creo que no debiera ser solamente para San Valentín, el toque especial no debe ser solamente para este día. Para mí es como el Día de las Madres, se debe todo el año entregar amor, que es como una flor que hay que regar todos los días para que crezca".
"Sí, bastante. Un amigo me decía que vine a romper corazones a Chile, pero yo no vine a hacer eso. Es que la lista es muy extensa".
"Por ahí hay uno, pero es demasiado complicado. Si me llega el amor, lo hago, pero es algo que hay que sobrellevar muy bien porque somos culturas completamente distintas, aunque cuando nace el amor, éste no ve raza, color, ni gustos... nada de nada". J