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Una demanda civil por 50 millones de pesos estampó en las últimas horas una madre ancuditana en contra de la Corporación Municipal de Educación, Salud, y Atención al Menor de Ancud y quienes resulten responsables. La progenitora acusa negligencia en la administración de una vacuna a su hijo, la cual le fue aplicada en un consultorio de esa comuna.

La acción judicial se debe a los hechos que se remontan al 3 de enero del 2013, cuando Jennifer Galvarini concurre con su hijo hasta el Cesfam Manuel Ferreira, para que le administren la vacuna del primer año. "Habían 3 alumnas en práctica más la paramédico", recuerda la denunciante.

La misma pobladora recalca que habría pedido a la paramédico que ella administrara la dosis y no las estudiantes, añadiendo que "prepararon la vacuna a espaldas de mí y quedé con la duda si le habían aplicado debidamente el medicamento. Salí con una muy mala sensación, pero no quise ser imprudente".

La inoculación correspondía al antígeno para prevenir el sarampión, la rubeola y la papera, señala la mujer, añadiendo que esta le correspondía a su hijo de acuerdo a los programas de salud estatales.

El 12 de marzo la madre recibió un llamado desde el consultorio, donde le señalaban que tenía que acudir al centro asistencial para comunicarle algo que había pasado con la vacuna. "Nos dijeron que estaban en un sumario, porque al contar las vacunas se dieron cuenta que sobraba una dosis y no sabían de qué niño era", confiesa Galvarini.

Junto a su marido, la afectada concurrió a un laboratorio privado a examinar a su hijo, detectando el procedimiento que este no había sido inoculado con los antígenos de la vacuna del primer año. "Confirmé con los resultados que mi niño no tenía la vacuna y en cambio se le había administrado sólo el diluyente que la acompaña", explica.

"Yo reclamé y quería disculpas públicas y el reconocimiento de que se había cometido un error y eso no se dio", argumenta la ancuditana, advirtiendo que "tengo las pruebas que a mi hijo no lo vacunaron y voy a llegar hasta las últimas consecuencias, porque tengo fe en la justicia y porque todos merecemos una salud digna y de calidad".

protección

Al momento de producirse la eventual negligencia acusada por Galvarini y su esposo Rodrigo González, el hijo de ambos tenía un año y 3 meses y ambos alegan que de no haber sido por el examen privado que le realizaron al lactante, este habría permanecido sin protección contra varias enfermedades durante más tiempo, ya que comentan que también de forma privada le administraron la vacuna.

Hasta el cierre de esta edición se intentó de forma infructuosa obtener una reacción de la parte demandada, la Corporación de Educación, Salud y Atención al Menor de Ancud o del propio municipio ancuditano. J

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"Prepararon la vacuna a espaldas de mi y quedé con la duda",

Jennifer Galvarini, denunciante.