La fiebre mundialera está en los pontones
l Nicolás Binder
Se alentó, se gritó y se aplaudió, pero aun así triunfaron las caras largas en el centro de cultivo Isla Pelada, de la empresa Ventisqueros, luego de que de la Roja sufriera una derrota 0 a 2, a manos de la selección de Holanda.
Así como muchos siguieron el partido en sus casas u oficinas, Jorge Sigel, jefe del recinto, lo hizo junto a sus dirigidos en un pontón (casa flotante) a 3 kilómetros al sur de Río Negro-Hornopirén: el lugar donde los operarios, buzos y hasta el cocinero viven para desarrollar el trabajo diario que se realiza en un centro de cultivo.
Al igual que en los dos primeros duelos del combinado nacional, 'se ve el partido y después hay que continuar con las labores', contó el encargado, quien lleva 18 años en la industria, agregando que 'el Mundial se vive como una familia, ya que al final somos los mismos compañeros que estamos acá'.
El centro, dedicado al cultivo de trucha arcoíris, se ubica en isla Pelada, a 8 minutos desde Hornopirén, provincia de Palena, en una lancha para nueve personas que puede navegar hasta los 50 kilómetros por hora. En él viven cinco operarios, cuatro técnicos, cuatro buzos y un cocinero.
No todo el personal vive junto todo el tiempo, ya que se trabaja por turnos de 12x4, por lo que la gente va rotando todas las semanas.
Pero, por lo general, comparten las 24 horas del día, incluidas las ocasiones en que van al pueblo, aunque la jornada laboral no se extienda por más de ocho horas diarias.
Si bien el centro tiene telefonía e internet, 'a veces cuando hay temporales se pierde la señal. Estábamos rezando cuando empezó el Mundial para que estuviera bueno y pudiéramos ver todos los partidos. Hoy (ayer) está lloviendo un poquito pero se ve bien la tele', dijo Elisardo Nuñez, con 19 años como operario y oriundo de Hornopirén.
Contrario a lo que alguien podría pensar, vivir en un pontón es cómodo, aseguró Patricio Ortega, capataz del centro, ya que 'es como estar en casa porque tenemos de todo'.
Sin embargo no es fácil, admitió, porque todos los trabajadores tienen que pasar lejos de sus familias. 'Se pierde mucho la crianza de los hijos, pero a la vez es gratificante porque hay trabajo. Es cosa de costumbre estar acá, y nada más. Yo me siento grato', afirmó Ortega. Y es lo que esperan sentir nuevamente los operarios y buzos del centro este sábado 28 cuando Chile salga de nuevo a la cancha, con la gran oportunidad de hacer historia. J
l Una serie de charlas se cumplirá mañana y el jueves en el Hotel Patagónico de Puerto Varas en el seminario 'Economía y gestión en enfermedades del salmón', evento organizado por el Centro Tecnológico de Capacitación de Chile (Centech) y el Instituto de Medicina Preventiva Veterinaria de la Universidad Austral de Chile (UACh) y que cuenta con el auspicio de The Norwegian Research Council y el patrocinio del Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal), AquaGen y la Escuela de Medicina Veterinaria de Noruega (NVH).