Peineta: "Ya no quiero pelear, yo estoy en otra"
Se puso zen. Volvió al fútbol y ya no le gusta polemizar. Le queda un partido con Rangers y lo jugará con el alma. Afirma que él no busca las cámaras, son las cámaras las que lo buscan a él.
l Roka Valbuena
Jorge Garcés, tras el descenso de Rangers, ha pasado tres días con un nudo en la garganta. "El sábado se me llenaron los ojos de lágrimas, viejito", dice con sinceridad. ¿Por qué no lloró, Jorge? "Me contuve. Luego, en casa, sentí una tristeza enorme. Y entonces se me hizo un nudo en la garganta que ya dura 72 horas", explica "Peineta", el entrenador legendario que por un mes volvió a las canchas.
-Gracias, Talca- murmura de pronto, con tono sentimental. Pasó dos años sin fútbol, periodo en el cual atacó a Bielsa, al bielsismo y a cualquier entrenador con acento argentino. El único lugar en que no polemizó fue justamente el lugar que se fabricó para polemizar: un reality show desganado llamado "Trepadores" que no le mejoró la vida. Lo mío es el fútbol, dice. Amo Talca, avisa conmovido, soy de aquí y ya era hora que Jorge Garcés hiciera algo por Rangers.
-La verdad es que casi hago algo. Me faltó tiempo.
La pregunta, según parece, le toca el alma. Jorge alarga un silencio cinematográfico y dice: "No hablo de mi trabajo. Que lo digan otros". Pero admite que el otro día, tras contemplar las muestras de fervor que produce, se preguntó lleno de confusión:
-Me dije: ¿por qué Jorge Garcés estuvo dos años sin dirigir? ¿Por qué?
-(Largo y hondo suspiro) Yo siempre estuve dispuesto.
-Mira, yo no tengo rabia. Yo, de hecho, no envidio a nadie. Aquí todavía hablamos de Bielsa o Sampaoli. Disculpa, pero a mí Bielsa y Sampaoli no me enseñaron nada. Naa'. Yo estoy en otra. No quiero discutir con nadie. Yo ya viví todo en el fútbol?
El polémico volvió al fútbol y se pacificó. Si el 2001 sacó campeón a Wanderers porque su madre porteña se lo rogó, el 2014 decidió estar en paz porque lo pidieron sus hijas.
-No hay que pelear- anuncia sereno. Su estilo de vida actual es el equilibrio. Dice, compungido: "Los medios se han aprovechado de mi forma de ser". Y añade: "Muchos creen que me gusta la fama". ¿No le gusta? "Yo no busco las cámaras, viejito. Las cámaras me buscan a mí". "Pero usted revolucionó Talca", decimos. "Peineta" de pronto, vuelve a ser el de siempre: "Bueno, llevo tres semanas dirigiendo y he sido portada en todos los diarios".
especulamos. Pero "Peineta" no titubea.
-Lo dicen y qué sé yo, puede ser un poquito por mi mentalidad. Pero me parece que él juega un poquito más retrasado. Soy más osado que José.
Pese a que su gestión entusiasmó a Talca, señala que aún no quiere ser distinguido como "Hijo Ilustre" ("Si hubiese mantenido a Rangers en Primera me las habrían dado"). El nuevo Garcés intenta la modestia: "No quiero privilegios. Yo solo quiero trabajar". Así lo ha hecho: junto al staff técnico de Rangers se acuesta a las 3 de la mañana planificando la alineación titular. No para. Y ayer salió a comprar al centro de Talca y todo el mundo le tocó la bocina: "Me sentí como una lola en minifalda".
-Volví- dice finalmente- pero no sé si seguiré.
Le queda un último partido e instruyó al plantel para dejar el alma. Su futuro es incierto. Lo único claro es que, tras dos años sin trabajo, Jorge Garcés volvió por un mes al fútbol. Estuvo a punto de una proeza. Y esta vez de verdad volvió peinado. J