Chilotes apoyan el mall tras informe negativo de Unesco
Sondeo telefónico y en redes sociales arroja un 76% de respaldo a la polémica edificación.
l Luis Contreras Villarroel
Un nuevo debate ha generado el proyecto de construcción del mall Paseo Chiloé que se levanta en pleno centro de Castro y que ha sido blanco de críticas por parte de quienes defienden la arquitectura que posee el casco histórico de la capital provincial.
Si bien existe una clara tendencia respecto a la voluntad ciudadana que se muestra proclive a la construcción y apertura del megacentro, aún resuenan opiniones dividas y que se contraponen en medio de todo el revuelo que ha ocasionado el proyecto del grupo Pasmar.
La discusión se abrió nuevamente luego que la Unesco sugirió que la colosal estructura sea reducida en masa y altura con el fin de no poner en riesgo patrimonial la iglesia San Francisco, uno de los 16 monumentos universales chilotes.
Un sondeo de opinión realizado por La Estrella de Chiloé vía telefónica y a través de las redes sociales entregó el espacio para conocer la interpretación de trabajadores, docentes, profesionales, deportistas, dueñas de casa, estudiantes e incluso del mundo de las comunicaciones, quienes junto con aprobar o rechazar la indicación de la entidad mundial, fueron más allá al momento de avalar o no la multimillonaria inversión privada.
El testeo captado entre mayores de edad y de distintas comunas de Chiloé reveló que un 76 por ciento de los encuestados se opone a la indicación de la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura de disminuir el volumen del centro comercial contra 24 opiniones que rechazan la obra, junto con respaldar la propuesta del ente internacional de reducir la estructura a favor del templo Patrimonio de la Humanidad.
Claro que en cada argumentación se notan diversos matices. Alexis Barría, estudiante de ingeniería ancuditano, confesó que "apoyo 100% la construcción del mall, pero hay un tema no menor que se debe ponderar, el cual dice relación a nuestra estructura arquitectónica, que, bajo mi punto de vista, la del mall no es acorde al entorno en el cual está inserto, sumado a que el turismo que viene para Chiloé es uno cultural, que se complementa con un tema de vivir experiencias, en el cual este elefante en medio de Castro no aporta en nada. Por ello apoyo la medida de la Unesco. Finalmente son los castreños quienes deben ponderar si quieren un mall o ser patrimonio de la humanidad".
Una mirada distinta deslizó la docente castreña Gabriela González, quien separó las diferencias existentes entre la obra de Pasmar y el simbolismo religioso del templo de la parroquia Apóstol Santiago. "Creo que ya está hecho y la iglesia jamás perderá su valor patrimonial por estar lejos o cerca de un mall, encuentro absurdo que nos folcloricen, ¿o Valparaíso deja de ser lo que es por sus edificaciones", lanzó la educadora.
En tanto, Blas Soto se inclina a favor de la sugerencia emanada por el informe que realizó la comisión observadora que la Unesco envió en diciembre último al Archipiélago. Aseveró el funcionario público que "el mall debería rebajarse, si no hay otra opción para que sea algo más discreto".
Mucho más drástico en su análisis respecto a la realidad de la capital chilota fue Guillermo Pérez, quien sostuvo que "un amigo basó su argumento en nuestra estructura arquitectónica, ¿cuál? Eso no existe; en Castro deben existir no más de 10 casas construidas al estilo chilote. Tú vas a los palafitos y están todos forrados con teja asfáltica; además, el mall no tapa la visibilidad de la iglesia desde ninguna parte".
Desde Queilen, el comunicador social Alonso Marío se sumó al centenar de diversas posiciones consideradas en este sondeo. Al respecto, sentenció que "bajar la altura del mall para que no afecte la iglesia no tiene mucho sentido, la iglesia de Castro hoy dejó de ser un lugar de oración y se ve como algo turístico. Creo que se piensa más en el turismo que en la religiosidad de la gente".
Otra de las voces que salió al paso de los dimes y diretes entre los defensores del mall versus sus detractores corresponde a Francisco Pérez. El emprendedor turístico de Cucao manifestó que "lo del patrimonio me parece una excusa, pienso que Castro debe ser una ciudad moderna como cualquier otra; Chiloé está lleno de lugares patrimoniales y culturales mejores que Castro, y es lo que queremos la mayoría de los chilotes: un buen mall; en mi opinión, lo encuentro chico, debería ser más grande".
Para el periodista César Jiménez la calidad patrimonial de Chiloé "hace rato que está en peligro" en alusión directa al fuerte impacto que ha sufrido el Archipiélago no solo en el plano de las construcciones de raíz insular, sino que en otros ámbitos.
Indicó que "botellas gigantes de Coca Cola recibían a los turistas en Chacao; artesanía china, tailandesa, ecuatoriana en la feria de calle Lillo; hoteles en los palafitos; quienes reclaman pueden comprar más barato y variado fuera de Chiloé; no estoy de acuerdo".
Hay que precisar que este nuevo capítulo que guarda el bullado proyecto del mall para Chiloé surge en medio de la existencia de plazos perentorios fijados por la Unesco respecto al destino del patrimonio que ostenta la iglesia franciscana en caso que el holding también dueño de centros comerciales de Puerto Montt y Puerto Varas opte por mantener firme su postura y amparándose jurídicamente en el cumplimiento de la normativa de construcción urbana en Castro.
En caso que la sugerencia efectuada por este organismo no llegue a buen puerto, la calidad de la iglesia universal podría entrar a categoría de Patrimonio de la Humanidad en Peligro. Para estos efectos Chile debe dar alguna señal antes del 1 de febrero de 2015. El riesgo, en cuestión, se ratificará en la Asamblea del Patrimonio Mundial en junio de ese año. J
l Mientras el grupo puertomontino Pasmar asegura que ha cumplido con todas las normas de construcción sin afectar la condición patrimonial de la iglesia San Francisco de Castro, esta semana aún se apreció la ejecución de las obras menores de la estructura.
Tales faenas se han concentrado tanto en calles Eleuterio Ramírez y Serrano como en O'Higgins, en pleno centro de la ciudad de Castro.