transformó en el primer actor porno de San Antonio
Este joven rompió todos los tabúes y cumple su fantasía de ser protagonista del filme "Sueños húmedos de una mesera", donde comparte roles con la experimentada actriz del rubro, Marlen Doll.
l Roberto Cadagán Delgado
Ángel se sienta y acerca la silla a la mesa. Luce como una persona más joven de los 29 años que confiesa tener. Es delgado, de un metro 70 aproximadamente y tiene el pelo negro, corto, bien corto.
Ángel es de tez morena, tiene ojos negros que achina cuando ríe y manos que mueve permanentemente durante la entrevista.
Así Ángel Moreno -nombre de fantasía que utiliza- luciría como cualquier joven de esta ciudad, pero lo cierto es que Ángel tiene una doble vida. Por las noches y en ciertos momentos, no es el joven trabajador portuario que todos conocen. Hay días en que Ángel se transforma en actor porno.
Así, tal como lo lee. Ángel Moreno es el primer actor porno de San Antonio. Un mérito que él toma con orgullo en una ciudad donde no es fácil pasar desapercibido en un "trabajito" como ese. Pero a él no le importa; su familia ya sabe del hobby que tiene ciertos días de la semana y, por lo demás, él lo toma como un trabajo como cualquier otro.
Eso sí, Ángel desconoce la tremenda responsabilidad que se echó sobre sus hombros y más que nada en su órgano sexual de 20 centímetros. Debe dejar bien puesto el nombre de los sanantoninos cuando sale a escena. No puede fallar, debe estar firme para hacer su performance cada vez que sea requerido. Y eso agrega presión a esta labor.
Un día cualquiera Ángel Moreno, quien trabaja como cargador en el puerto de San Antonio, se enteró de la realización de un casting para participar en una película pornográfica. Un filme que pretende revitalizar la casi inexistente industria del porno nacional. Labor, por lo demás, en extremo pretenciosa.
Leyó el anuncio una y otra vez. Pensó: ¿qué pasaría si me presento?, ¿qué dirán mis familiares? y lo que es peor: ¿qué dirán mis compañeros de trabajo?
El ser objeto de las bromas y tallas de sus colegas puede ser el peor de los escarmientos para alguien que ose presentarse como actor porno.
La palanca de quienes comparten el trabajo de uno día a día y a todas horas, puede ser intolerable. Y ahí sí que no hay forma de alegar contra el bullying.
Nada de eso le importó a este joven moreno y buenmozo. Más aún cuando vio a la protagonista de la película: nada menos que Marlen Doll. Una chiquilla que se había lucido en internet mostrando sus dos grandes atributos y enseñando al mundo lo que ocultaban sus piernas.
La rubia de delantera poderosa y generosa es la protagonista de "Sueños húmedos de una mesera", la película hecha íntegramente en San Antonio y que pronto saldrá a la venta para remecer el ambiente y mover los cimientos de nuestra sociedad.
En ella el trabajador portuario es uno de los clientes de esta mesera golosa que piensa en otras cosas cochinonas mientras sirve pisco sour a dos caballeros.
Y como el cliente siempre tiene la razón, según el dicho popular, la mesera en cuestión termina en el piso revolcada siendo atacada por todas partes por los caballeros a los cuales atiende. Usted me entiende, no es cierto.
Ahí en medio de esa maraña de piernas, está el sanantonino sacando pecho y otras cosas por la gente de esta tierra.
¿Pero cómo comenzó todo eso? ¿Cómo alguien llega a la pantalla grande literalmente en pelotas?
"Cuando era más chico y con las primeras películas pornográficas que vi, surgió la fantasía de pensar cómo sería ser protagonista de la peli y ser ese tipo que estaba con esas mujeres tan hermosas, jajaja. Creo que a cualquier hombre le pasa, ¿o no?", dice risueño.
Puede ser que Ángel tenga razón. Pero de ahí a concretarlo, es otra cosa.
Lo cierto es que Ángel dio ese paso. Se atrevió a cruzar la frontera del pudor y se decidió a hacer realidad esa fantasía.
"El día que llegué a la prueba estaba Marlen. Me pareció muy linda y simpática. La vi allí en el set. Estaba conversando con otras personas. Llevaba una blusa y una mini cortita. De inmediato pensé cualquier cosa", cuenta.
-No, o sea no tanto como para cortarme. Ya estaba ahí y había que apechugar nomás.
-De entrada me presentaron a Marlen y me dijo: sácate la ropa.
-Noooo, jaajaja. Me saqué todo.
-Sí, poh. Nunca he tenido problemas con mi cuerpo y quedé en pelotas altiro.
-Bueno, dentro de los requisitos se señalaba que había que tener 20 centímetros erecto, buen físico, entre otras cosas. Y como yo tenía eso, no hubo mayores problemas.
-Claro. Hay que ponerse firme de inmediato. Esa es la idea.
Sometido a aquel momento decisivo, Ángel Moreno tuvo que entrar en acción de inmediato. En la cancha se ven los gallos o en este caso, en la cancha se ve lo duro.
"Marlen es muy buena onda. Ella me ayudó mucho, me dijo como tenía que ponerme, lo que debía hacer, me fue guiando", dice Ángel.
-Sííí. Es que tiene experiencia y en esos momentos sólo había que dejarse guiar.
En la película, Ángel es un cliente que llega a un restorán. Ingresa al local pensando en servirse una cosita poca, como un completo italiano con una bebida chica o un churrasco palta con un chopito.
Pero después de ver a la mesera que lo atiende, con un escote que le llegaba al ombligo y una faldita más corta que estornudo de gato, a Ángel le dan ganas de comerse otra cosa.
"Junto a mí, había otros actores. Uno de ellos es vedetto en Santiago y se maneja en estas cosas. Lo bueno es que creo que hice las cosas bien, ya que cuando me dijeron que había que entrar, lo hice sin problemas. Jajajaja", destaca el portuario.
-Sííí. Todo el rato.
-Hay que mantenerse de pie, poh. Hay que aguantar.
-Con una actriz como Marlen Doll no hay problemas. Ella se encarga de que vuelvas a estar listo.
-Pero claro. No es como llegar y hacer el acto de inmediato. Aquí hay una historia, hay juegos de miradas y ahí vamos a la pelea. Creo que se van a sorprender porque quedó bien buena.
-Por qué no. Creo que puede ser interesante.
-Por ahora no lo necesito. Respondo muy bien así natural. Pero a futuro y si en algún momento se hace necesario ¿por qué no? Por lo menos, no tengo problemas al corazón, jajaja. J