Emprendimiento resalta versión 2.0 del maqui
Vecinos de Ancud desarrollan un negocio que fue reconocido como el mejor del año.
El matrimonio estadounidense-peruano conformado por Britt Lewis y Sandra Echegaray se enamoró de los hermosos paisajes de Chiloé, sobre todo de la comuna de Ancud donde residen actualmente.
Hace 15 años, cuando llegaron a vivir al norte de la Isla con la idea de desarrollar algún negocio sustentable, partieron con una agencia de viajes para la oferta de turismo de intereses especiales, emprendimiento que mantienen hasta el día de hoy. Sin embargo, esta pareja decidió emprender con los frutos silvestres de la zona.
Lewis dice que han navegado por todo el Archipiélago, donde han podido conocer a mucha gente, de la que han logrado aprender. Además, estos viajes le permitieron adquirir conocimiento sobre el bosque nativo y sus frutos, así como su forma de uso.
"Logré comprender los usos que le da la gente campesina a algunos de los productos del bosque. También he observado toda la destrucción del bosque en los últimos 10 a 20 años. Realmente, ya no hay bosque chilote. Neruda escribía sobre el bosque del sur y eso ya no existe", lamenta el norteamericano.
Es así que el matrimonio decidió concretar una iniciativa que permite proteger la vegetación y a la vez encontrar un valor agregado a los frutos que crecen en el lugar.
Su interés por la botánica le incentivó a documentarse sobre las propiedades de las yerbas medicinales en general, y del fruto del maqui en particular, una planta silvestre que crece en el sur de Chile y en especial en la Isla.
"Había que encontrar un valor en este bosque y le conviene más a la gente protegerlo y trabajarlo, que hacer leña. Así nace este nuevo emprendimiento y desarrollamos una versión 2.0 del tradicional maqui, que tiene altos concentrados de antioxidantes, el que previene enfermedades como el Alzheimer y el deterioro celular", señala Lewis.
Agrega que los isleños no valoran mucho el bosque, excepto la gente más humilde y los campesinos, que viven cercan de los montes ya que lo tienen al alcance.
"Aquí durante siglos y milenios siempre se usó el producto del bosque nativo para curar las enfermedades y hay muchos frutos que se usan. Solo ahora el mundo científico está haciendo análisis de estas plantas y frutos para entender para qué se usaban", sostiene.
En el 2010 partieron con la marca Isla Natura, con la que comercializan maqui deshidratado con aplicación en gastronomía y una versión en cápsula para consumo directo.
"La mayor venta es en Chile. Vendemos en tiendas naturistas, farmacias mapuches, farmacias de salud alternativas y también exportamos a algunos países. La cantidad varía según el formato. Igual tenemos una Pyme, una pequeña empresa con tres trabajadores, más nosotros haciendo todo. Llevamos tres años", relata el empresario.
HUILLICHES
HUILLICHES
Por su parte, Sandra Echegaray acota que los huilliches utilizaron el maqui para hacer chicha, lo que generó que sintieran curiosidad para ver qué más se podría hacer con este fruto silvestre, que a veces no es utilizado en toda la diversidad que tiene. Por ello, decidieron investigar cómo transportar el maqui fuera de la provincia para realizar experimentos y conocer más de este fruto.
"Vimos que en verdad no se puede transportar fresco, porque al contener tanta azúcar se fermenta muy rápido, por eso hacían tanta chicha antiguamente. Es un producto muy delicado que tiene una corta vida en el árbol, por lo que hay que estar muy atento. Cuando madura hay que cosecharlo enseguida", enfatiza.
Suma que también este producto le ha permitido generar más trabajo en la zona, ya que se necesita que las personas se queden en su lugar de origen, puesto que muchos campesinos que cuentan con bosque lo están abandonando.
"Si nosotros agarramos todo el maqui, lo congelamos y lo mandamos directo a generar más fuente de trabajo afuera, no estamos siendo consecuentes con toda la cadena que estamos tratando de crear y que se debe lograr acá", explica la emprendedora.
En este sentido, añade que obtener un producto terminado y empacado en la zona, genera fuentes de trabajo. Esto se suma a que el transporte del maqui es mucho más ligero y menos costoso, porque se le quita todo el líquido al fruto, además no se contamina el medio ambiente.
Otro aspecto importante que destacan del proyecto estos empresarios, es que le ha permitido capacitar a los campesinos para que protejan sus bosques.
"Trabajamos con los dueños para mejorar sus predios a través de la certificación orgánica. Ellos recolectan (maqui) y nosotros acopiamos todo, nos venden por kilos", recalca.
El producto es empacado en sobres de 100 gramos y están hechos de fruta pura deshidratada y molida, que sirve para el consumo de una persona, alcanzando para un mes.
Además está hecho para tomarse frío, porque si al antioxidante se lleva a temperaturas altas, pierde sus efectos.
"Yo creo que es posible ganar plata con cualquier cosa que se emprenda. Ahora perseverar es el problema, porque todo lo que comienza y es nuevo, es difícil, la gente busca salud y con este producto estamos ayudando. Se gana plata, pero depende para qué lo quieras, porque si nosotros enfocáramos nuestras vidas en ganar plata, no hubiéramos venido a Chiloé, estaríamos en otra industria destruyendo el bosque o el mar", aclara Echegaray.
Y la pequeña empresa le ha dado resultado, tanto así, que hace poco recibieron el Premio Pyme al Emprendedor del Año. Reconocimiento que busca destacar a trabajadores con un historial empresarial de hasta tres años, cuyos negocios sean creativos y que demuestren el potencial emprendedor, además de servir de ejemplo y motivación para nuevos negocios.
En este sentido, el matrimonio se mostró feliz por este premio, resaltando que el Gobierno ha reconocido un proyecto innovador que no está proyectado solo en el dinero, sino en el cuidado de la naturaleza.
"Por tener conciencia en el medio ambiente y porque otras personas también están obteniendo un beneficio, creo que recibimos este premio. Es lindo que otros se den cuenta de lo que hacemos", comenta Britt Lewis.
PROYECTOS
PROYECTOS
La pareja invitó a otros emprendedores de la comuna y la provincia a atreverse a realizar proyectos innovadores y no a tener miedo a las nuevas ideas, sin importar en qué país o ciudad se encuentre.
"Mis hijos se van a mezclar con tus hijos y con los de los vecinos. Somos una comunidad. Siempre se puede hacer algo que beneficie a más de una persona, cualquiera puede tener una buena idea", sostiene la agricultora.
Estos emprendedores ancuditanos dicen que hay otros frutos silvestres que se pueden trabajar. "Soy un soñador y siempre estoy pensando y averiguando, pero hay costos involucrados y hay que modernizar el conocimiento de todos estos frutos, hay que someter todo a análisis de laboratorio, lo cual cuesta", expresa Lewis.
A pesar de ello, no cierran la posibilidad de innovar con otros frutos del bosque que le permitan, al margen de un sustento económico, impulsar un verdadero ejemplo de emprendimiento.
"Había que encontrar un valor en este bosque y le conviene más a la gente protegerlo y trabajarlo, que hacer leña. Así nace este nuevo emprendimiento". Britt Lewis , uno de los creadores