En Quellón, junto a amigos y familiares, la madre de los dos pequeños asesinados por su padre a martillazos espera el cierre definitivo de las causas de amenazas y parricidio en que se ha visto envuelta como víctima. Una nueva fase procesal que se aguarda a 17 días de ocurrido el macabro crimen y posterior suicidio de José Barraza Bórquez (56).

La noche del 27 de septiembre pasado fueron descubiertos los cuerpos de Eric Matías y Lucas Isaac, de 9 y 7 años, respectivamente, al interior de su habitación. A pocos metros, el cadáver de su papá apareció colgado de una viga. Ese fue el escenario hallado dentro de la casa ubicada en calle Independencia del puerto quellonino y que marcó el desenlace de una historia de violencia, celos y desesperación.

Ingrid Castillo permanecía en la Casa de Acogida del Sernam en Ancud en el momento en que se produjo el ataque. Esperaba recobrar a sus hijos, por lo que se trasladó desde Valparaíso a Chiloé, pero las amenazas de su esposo se hicieron realidad.

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La directora regional del Servicio Nacional de la Mujer, Soraya Said, quien ha tenido contacto permanente con la afectada, relató mayores detalles de este macabro desenlace.

"Ella sufre de violencia en Valparaíso, lo que produce una suspensión condicional del procedimiento que determina medidas de protección para la mujer y una orden de alejamiento del esposo, pero estas medidas no alcanzan a los niños; por eso, debemos cuestionarnos por más acciones que los protejan", enfatizó.

Asimismo, sumó que "ella le permite llevarse a los menores por un fin de semana, de forma planificada a Valdivia. Los menores nunca llegan a Valdivia e Ingrid comienza a recibir amenazas y llamados diciéndole que nunca más verá a los niños y si no vuelve con él se va a suicidar y matar a los pequeños".

Ante el calibre de las intimidaciones, la porteña inició una verdadera cruzada para llegar al sur de la Isla, donde interpone una denuncia en el Juzgado de Garantía local, siendo derivada al Sernam. Pero la titular del organismo en Los Lagos aclaró que "esto ocurre solo por el tema de las amenazas, ya que los antecedentes por el cuidado de los niños fueron derivados al Tribunal de Familia que decreta una audiencia para el 14 de octubre". Claramente, esto fue muy tarde.

Hoy, Ingrid Castillo espera fortalecer su arraigo en el sur de la Isla. Como puntualizó Said, "ella tiene contemplado quedarse en Quellón. Tiene un hermano en la ciudad, tiene redes de apoyo y también le brindaremos respaldo integral".

Bajo este contexto, aguarda por los últimos pasos procesales consistentes en los sobreseimientos de las causas de amenazas y parricidio. Como se informó desde la Fiscalía Regional de Los Lagos, aún no se instruyen estos términos por la muerte del imputado, los que podrían realizarse en forma conjunta.

Eso sí, se podría oficiar el cierre sin necesidad de audiencia, todo dentro de un manto de angustia que todavía golpea fuertemente a esta quebrada familia que espera sobreponerse de este impacto.

La acreditación de las amenazas sobre los menores, los llamados intimidatorios, una carta escrita por Ingrid Castillo dando cuenta de su problemática y hasta un informe pericial del Ministerio Público sugiriendo el retiro de los menores del cuidado del padre, fueron insuficientes para alejar a los niños del riesgo evidente que vivían. Por ello, Soraya Said, directora regional del Sename, reflexionó indicando que "uno se cuestiona cómo no se pudo prever algún daño a los menores".

Además, recalcó que "más allá de la conmoción pública hay que concentrarse en la forma de focalizar estos temas, en las cifras altas de violencia intrafamiliar: por qué somos la tercera región con más violencia hacia la mujer en el país, por qué tenemos una cultura tan machista, por qué el hombre ejerce una dominación tan grande que violenta a sus propios hijos".

La abogada enfatizó que "hay que generar cambios en favor de los menores", sumando que "se pudo tomar mayor precaución en este caso, se pudo intervenir para evitar estos hechos".

Se pudo evitar esta tragedia