El mundo se enamoró de Turboman
Un periodista español lo define como "una tempestad".
Eduardo Vargas Tapia, el padre de "Turboman" y, además, un silencioso conductor de camiones gigantes, no para de responder a periodistas al teléfono. Dos goles de su hijo, Eduardo Jesús, el bendito, el bienaventurado semental de la "Roja" que acumula seis goles al hilo, provocaron una estampida de reporteros. Por eso ahora, con una sutil irritación, mientras supervisa a gritos la construcción de un complejo deportivo en Renca ("¡Brito! ¿Dónde quedó el cemento?"), opina de esta forma:
-En el éxito todos llaman.
-¿Antes no llamaban?
-En los bajones de Edu casi nadie llama. Es así la prensa en este país. Pero ya los conozco. Te llaman con una sonrisa y luego desaparecen.
Su dictamen de Chile ante España es estricto: "No fue el mejor partido de Edu. Tiene otras más buenos". Y, sin un ápice de asombro porque haya convertido ante los campeones del mundo, declara que es lógico que Edu juegue bien. ¿Por qué? "Porque es bueno, nomás", aclara con simpleza. Y proyecta: "De a poco va a ir subiendo su nivel. Va hacia arriba. El Edu es muy buen jugador. No cacho por qué se sorprenden".
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"Pues, vaya, hombre, cómo no impactarse. Es que Chile está muy dinámico", comenta, desde Madrid, el editor de AS, Tomás Guasch, quien hace algunos días se manifestó dubitativo por el interés del amistoso. Sus dudas se disiparon.
La selección se paseó por los diarios de todo el mundo. En España, sobre todo, recurrieron a un arsenal de elogios. Sport escribió: "España no se sintió cómoda en ningún momento". Olé de Argentina alabó la energía: "Chile lo jugó como si fuera por los puntos".
El Tiempo de Colombia se extralimitó en las alabanzas: "Estamos ante una selección digna de cuartos de final de un mundial, si no más arriba". Y el diario ABC de España apuntó las metáforas a un jugador: "Es un equipo con mucha calidad en sus botas. Sumen a eso la dinamita que arriba le pone un excelente Eduardo Vargas".