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Con diversas muestras artísticas, lanzamientos e inauguraciones, el Museo de Arte Moderno, MAM Chiloé, festejó ayer la apertura de su vigésima séptima temporada de actividades. Una iniciativa en la que se destacó el mayor vínculo con la comunidad por parte de la colectividad que alberga esta institución cultural.

Desde su fundación, la subsistencia y la creación ha sido la tónica de cada día. Toda esta historia, matizada en lo artístico y lo económico por claros y oscuros, fue recreada en el libro "MAM Chiloé, 27 Años", que se lanzó en la misma jornada.

Los amigos del museo fueron los que repletaron sus instalaciones este sábado, recorriendo la muestra anual que partió por la inauguración de una escultura al aire libre del artista Carlos González, la cual, como un bosque milenario, ahora mira desde lo alto la bahía de Castro, sus cerros y paisajes, así como la urbanidad que le colinda.

Eduardo Feuerhake, uno de los directores del MAM, comentó que "para nosotros este aniversario es como parar por primera vez y mirar hacia atrás", refiriéndose a la celebración de un nuevo año y el lanzamiento del libro. "El hecho que esté escrito nos da un pie fuerte, es algo que no se desvanece", agregó el arquitecto.

sin fondos

La misma fuente enfatizó que de estos 27 años, "lo más bonito es haber logrado resistir", detallando que el museo es una institución sin fondos propios ni subvenciones de ningún tipo, donde destaca que si bien han sido 27 años sin salario alguno, esta condición les permite una "independencia absoluta", recalcó.

"Este es un proyecto voluntario, donde demostramos que la utopía es posible y las cosas se pueden hacer de otra manera", advirtió Feuerhake, recordando como anécdota, entre triste y graciosa, que en 1997 un medio de comunicación los calificó como el "museo más pobre del mundo", advirtiendo que "aún lo seguimos siendo, porque somos el único que no tiene ni secretaria, ni empleado alguno".

Coca González, directora de arte del museo, reafirmó esta idea y agregó que "lo más importante en estos años es que los niños han ido creciendo alrededor del MAM y ya tenemos algunos de 27 años (como el museo) y que han elegido ser artistas".

Ambos directores expresaron que ya no existe esa resistencia de la sociedad al arte moderno, que era catalogado en sus primeros años como extranjerizante. "Ahora la gente entiende que es arte y que hay que disfrutarlo, no entenderlo", apuntó González, subrayando que "este es un museo que no es de las personas, sino de Chiloé".

El futuro de este recinto cultural, como explicaron sus directores, es la relación más interactiva con la comunidad, a través de talleres abiertos y otras actividades, donde destacan los talleres en residencia, con artistas llegados de todas partes del mundo, quienes realizan obras en el propio establecimiento. "Toma toda una generación crear esa vinculación", sumó Eduardo Feuerhake.

Así mismo lo vislumbra uno de sus visitantes, Andrés Castillo, quien confesó que no había visitado el recinto hacía muchos años y que "es muy importante que estos eventos se abran a la sociedad y que todos puedan acceder libremente. Hoy hay mucha gente y eso da gusto", aseguró.

Otra novedad auspiciosa para el futuro del MAM Chiloé es el apoyo económico alcanzado con la Fundación Mustakis, cuyo gerente general, Francisco Javier Cancino, estuvo presente en el evento. "Queremos aportar de una forma muy humilde a este proyecto, en la inauguración hoy día de la obra (escultura)", señaló.

Agregó el ejecutivo que "para nosotros es importante buscar aliados como estos y extender nuestra obra al sur de Chile, ampliando nuestros sueños para culturizar, a través del arte y la cultura", recordando los objetivos de la organización que dirige. J